En nombre de todas las cubanas, este siete de enero un grupo de mujeres del Camagüey rindió tributo a Ana Betancourt de Mora, quien se adelantara a su tiempo y procurara la emancipación de la mujer, en el mausoleo donde reposan los restos de la reconocida patriota, justo al lado del sitio donde se firmó la primera Constitución de la República de Cuba, el 10 de abril de 1869.
Con las palabras que se escucharon aquel histórico abril en Guáimaro donde se pedía libertar a la mujer, inició el acto nacional el cual estuvo presidido por Rosmerys Santiesteban Lago, segunda secretaria de la Federación de Mujeres Cubanas, autoridades políticas y de masas de la provincia y destacadas integrantes de la organización femenina.
En sus palabras, Santiesteban Lago señaló que, en esta ocasión, “movidos por los más elevados sentimientos de gratitud se impone que recordemos que Ana abrazó las ideas revolucionarias en un contexto complejo, difícil y de grandes tensiones en los albores de la guerra de independencia de 1868”.
La dirigente también recordó el quehacer de la heroína, de su periodismo y de las circunstancias que la obligaron a salir de su Isla querida, así como su ejemplo que guió a la mujer cubana hasta la actualidad y que inspiró proyectos como el de las escuelas para campesinas, que tan decisivo fue en ese sector de la población.
“La Federación, dijo, es una organización que desde sus inicios tuvo el reto de materializar la lucha reivindicadora que inició Ana Betancourt y que ejemplarmente tuvo en Vilma no solo una continuadora, sino una inspiradora que supo interpretar en cada momento histórico el papel de la mujer en las disímiles misiones de la construcción del socialismo”.
Ana Betancourt falleció el siete de enero de 1901 en España. Sus restos llegaron a Cuba en 1968 y luego, el 10 de abril de 1982, tras la construcción del mausoleo por Enrique Angulo, como escultor, y Augusto Rivero, como arquitecto, se depositan sus restos en Guáimaro, cerca del sitio donde se efectuó la Asamblea de Guáimaro.
