“Cuando en el año 2000 se creó nuestro proyecto queríamos buscar un nombre que representara lo que sentíamos. Esta era nuestra primera experiencia en el mundo de la música, y nos sentíamos como los mambices, con un machete en la mano para comernos el mundo con el grito de independencia de Viva Cuba libre. De ahí surge el nombre de nuestra agrupación, porque ese es también nuestro grito. Después, al segundo disco se le puso el título de Qva Libre, que resultó Premio de Cuba Disco”.
Así expresó Carlos Díaz Soto, director fundador de la popular banda de música alternativa Qva Libre, cuyo estilo ha trascendido mediante la fusión de géneros como el rock, el rap, el hip-hop, la canción, la cumbia y el bolero, unidos a ritmos, armonías y melodías que tienen como base las raíces de la música popular cubana. Su primera presentación fue en el conocido escenario del rock underground de La Habana, El Patio de María, el 25 de agosto del 2001 en el Festival de Rock organizado para el Cierre del Verano de ese año.
Carlos, un apuesto y sencillo joven con sobresalientes energías y deseos de llevar adelante su grupo, ha permeado de ese arrojo al resto de sus músicos. “Nunca he esperado a que me caigan las cosas del cielo, siempre he tratado de lucharme mi yuca, y de una manera u otra siempre termino echando pa’lante todos mis proyectos, que en la mayoría son de producción independiente. Para esto cuento con el apoyo de un equipo de trabajo que más que eso es ya una familia”.
Qva Libre ha colaborado con otras destacadas figuras y orquestas, como Telmarys Díaz, Kumar, William Vivanco, Roberto Carcassés, Interactivo y otros, en tanto ha actuado en las principales plazas y teatros de la capital y varias provincias. Importantes programas de la Televisión Cubana tienen como tema de presentación piezas de estos carismáticos músicos, quienes se encuentran entre los preferidos de los jóvenes —y muchos adultos— no solo por la selección de los temas que conforman su repertorio, sino además por su original y expresivo look, amén del desplazamiento escénico y la diáfana comunicación con el auditorio que caracteriza sus presentaciones.
Al ya consolidado nivel profesional de Qva Libre, hay que agregar su bis cómica, su sensible vocación en el ejercicio del sarcasmo y la escenificación extravagante y alegre que imprimen a cada uno de sus desempeños, originalidad que los ubica en la vanguadia del movimiento insular de música alternativa y underground.
“La música de la banda está concebida para todo tipo de generaciones y públicos. Eso se ve reflejado en las influencias musicales que se denotan a través de las composiciones de Qva Libre, que siempre van desde lo viejo hasta lo más actual, tomando siempre en cuenta a las nuevas generaciones pero sin dejar atrás todo el legado musical de la amplia y valiosa cultura cubana”, enfatizó Carlos.
El extenso repertorio de esta agrupación incluye numerosas versiones de conocidos números representativos de lo mejor de nuestro pentagrama, como Azúcar, de César Pupy Pedroso, y Eso que anda y Bacalao con Pan, de Juan Formell. Sus creaciones, se identifican prontamente con el público a través de un estilo que recrea la cultura y el sentir de los cubanos, tal se puede disfrutar en los temas Pa mi gente, El melao, El loco, No me formes na’ y Proliferación, amén de sus logradas adaptaciones de muchas de las piezas que hicieron época en la voz de Los Zafiros y que recientemente deleitaron a los televidentes en Contigo en la distancia.
“Las historias que narramos en las canciones, siempre son cosas del día a día de la vida y la cultura del cubano, su doble sentido, sus refranes, su picardía, su necesidad incansable de bailar y divertirse con la música, creo que no existe sentido de pertenencia más sincero que ese”, afirma Carlos, quien comparte su grupo, con familiaridad, con otros hábiles músicos unidos por la afinidad de carácter y los intereses comunes. Ellos son, los cantantes Margarita Morales, Alfredo Barbán, Marlon de Armas y Raúl Castro; además de Alejandro Infante (guitarra), Lázaro García (bajo), Alejandro Carbonel (piano), Jorge E. Vicente (batería), Jessica Abello (trompeta), Ernesto Madan (saxofón alto), Omar Perón (saxofón barítono), Beyran Chaviano (saxofón tenor) y Liliam T. Sague y Rayder Perdomo (trombón).
Esa sensible herencia igualmente prevalece en el resto de las producciones de Qva Libre, como las de su reciente CD Funkimba, en el que logran seducir con títulos como La Kim Kardashian, Qué calor, Qué te parece, Tírate un pase, Internacionales, Durako, El termómetro y Échale la culpa al pomo.
En el estilo y diseño sonoro de la agrupación influye el concepto que sobre cultura artística tiene Carlos, quien afirma:
“el arte no es más que una forma de manifestar un estado de ánimo del ser humano. En mi caso es mi manera de sentir a través de la música, mi manera de conectarme con mi entorno, con mis gentes y con mi realidad; y trasmitir mi pensar a través de una canción o una producción musical. Eso creo que queda bien plasmado en mi obra, si miras bien entre líneas podrás percatarte de cuál era mi estado de ánimo en cada canción”.
El singular sello que caracteriza a Qva Libre igualmente ha interesado a realizadores de telenovelas y peliculas, tal se distingue en la selección de su música para las bandas sonoras de la película hispano-cubana Habana Blues (2005), del director Benito Zambrano, y del dramatizado ¡Oh, La Habana!, del año 2007, obra póstuma de Abraham Rodríguez, con la dirección de arte y dirección general de Charlie Medina.
“La música cubana es grande y cuenta con maravillosos exponentes, cuya obra es inmortal. Eso se ve reflejado en las nuevas generaciones de creadores, como en Qva Libre, en cuyas producciones se pueden encontrar pasajes de Irakere o NG la banda, pero también bebemos de la fuente de los clásicos, entre ellos Benny more, Vicentico Valdés, el Trío Matamoros, Celia Cruz, hasta los Van Van. Esta última ha sido una de las agrupaciones de la música cubana que más me ha marcado en mi vida profesional”, afirmó el dinámico y prolífico artista perteneciente a MusiCuba, de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem).
Los inquietos jóvenes capitaneados por Carlos han logrado, a través del estudio y la investigación, instalarse dentro de la música cubana con sorprendente autenticidad, interés que ha permitido que “con el paso del tiempo, durante dos décadas de intenso batallar, siempre nos mantenemos activos. Trabajamos para darle algo nuevo y diferente a nuestro público y sobre todo trasmitirles esa buena vibra que caracteriza a la banda. Eso el público lo reconoce y agradece”, apuntó el director de Qva Libre.
Durante los largos y fatídicos meses de enfrentamiento a la COVID-19, una pandemia que, según Carlos, “ha puesto al mundo de cabeza, tratamos de buscarle el lado positivo; en nuestro caso ha sido un tiempo valioso para reflexionar sobre muchas cosas, tiempo de mirar al pasado y ver todo el camino que se ha transitado, tiempo para sentarse y componer a gusto y sin presiones y, sobre todo, para trabajar en mucha música que tenemos para regalarle a nuestro público cuando todo se normalice”.
En tal sentido subrayó: “estamos inmersos ahora mismo en la producción de una nuevo material discográfico que se titula Psicodélicamente, que es un disco bien bonito y bien guitarrero, donde me siento muy contento de retomar mi instrumento que es la guitarra y participo en todos los temas como guitarrista y esto le da una sonoridad bien alternativa a este fonograma que espero que esté listo para principios de junio”.
Finalmente, con la desbordante alegría y seguridad que caracteriza a este versátil músico, expresó: “Quiero mandarles un saludo a todos y nuestras mejores vibras de parte de la banda y que esperen nueva música de Qva Libre que ya viene en camino. Gracias a todos por su tiempo”