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Nada como salvar una vida

Con cuánta satisfacción les comento del quehacer de la Doctora Liliana Rivera, joven pero muy talentosa galena cubana, especialista en Cirugía vascular y miembro de la Brigada Médica, quien llegó a Gambia llena de deseos de hacer y ayudar a esta nación africana, y así lo ha hecho, ha traído luz, esperanza y vida.

 

 

En el marco de la jornada por el 168 aniversario de natalicio del Héroe Nacional cubano, José Martí, la Dra. Rivera le ha rendido homenaje, con broche de oro, a ese gran hombre, que con su legado nos mostró el camino de la solidaridad y nos impregnó de un profundo amor por la humanidad, el hombre es lo primero y proteger su salud es nuestro sagrado deber.

No nos gusta adornar las palabras y dejar un vacío en la realidad, preferimos hablar con hechos, demostrar con acciones para que sea palpable nuestra verdad.

Esta maravillosa doctora desde su llegada a Gambia labora en el Hospital Nacional Docente Edward Francis de Banjul, ciudad capital, iniciando los servicios de Angiología, por primera vez, en este país del África occidental.

Han sido muchos los pacientes asistidos, aun la lista es larga, pero nuestra doctora se esfuerza cada día más, siempre en su firme empeño de restaurar la salud de esta increíble, alegre y agradecida población.

Recientemente, asistió a la paciente Bintu Faje, de 35 años de edad, femenina, de nacionalidad gambiana, que hace aproximadamente 1 año le diagnosticaron una enfermedad renal crónica, causada por hipertensión arterial, motivo por el cual comenzó con hemodiálisis como terapia de sustitución renal.

La Dra. fue llamada del departamento de emergencia del hospital, porque la paciente estaba sangrando profusamente, por el acceso vascular (Fístula Arteriovenosa Termino-Lateral), la cual se encontraba aneurismática.

Controlaron el sangramiento y prepararon a la paciente para una segunda intervención, con mejor hemodinamia ya que las cifras de hemoglobina oscilaban entre los 3.0 g/l por la abundante pérdida de sangre.

Durante la segunda intervención, con mejores condiciones generales, se realizó aneurismectomía, con reparación de la pared lateral de la arteria braquial, con excelentes resultados.

La Dra Liliana expresó con gran satisfacción y con ese noble sentimiento característico de nuestros guerreros de batas blancas:

«Nada como salvar una vida, por segunda vez me enfrento a una cirugía vascular de esta magnitud, he devuelto la paciente a la sociedad, conservando su extremidad, otra vida salvada, al final es lo único que compensa el sacrificio y el esfuerzo. Agradecida por todas las nuevas experiencias vividas en este pequeño país de nuestra madre África. Gracias Rosa María Núñez por tu asistencia.»

Gracias a usted Dra. y a la enfermera Rosa María por su entrega, su incondicionalidad, su amor profundo por la profesión que dignamente ejercen, por hacer que nos sintamos orgullosos de ser cubanos.

 

(*) Profesora y colaboradora de la Brigada Médica en Gambia

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