El 1 de enero entró en vigor en el país la Tarea Ordenamiento, que llevó a la eliminación de la dualidad monetaria y la adopción de una tasa de cambio de referencia de 24 pesos cubanos por un dólar, proceso que intenta resolver un contexto monetario distorsionado y con deformaciones estructurales.
Hasta ese momento para el sector empresarial el cambio era de un peso por un dólar y en ese escenario las materias primas nacionales resultaban más caras que las importadas, pero a partir de la devaluación de la moneda con el cambio de 1×24 los costos nacionales serán más baratos.
Directivos de los ministerios de Economía y Planificación y de Finanzas y Precios aseguran que esta medida en términos económicos y financieros apoya la nueva estrategia económica y social del país.
Se trata de solucionar un entorno monetario distorsionado en el que es muy difícil que la economía funcione de manera natural, por la existencia de deformaciones estructurales, para lo cual es necesario hacer una conducción de la economía muy administrativa.
Es además un estímulo al que exporta y un desestímulo al que importa, ya que las empresas que logren vender sus productos o servicios fuera del país tendrán muchos pesos, con grandes utilidades, pues recibirán 24 pesos cubanos por cada dólar que obtengan.
Por esa razón ha insistido el jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Marino Murillo, que las entidades más eficientes serán las que eviten las importaciones y utilicen producciones hechas en la isla.
Tanto es así que, en el sector empresarial, la distribución de las utilidades y el pago por un buen desempeño de sus trabajadores son las vías principales para estimular el talento y la profesionalidad, para lo cual el límite lo pone la eficiencia.
Con el ordenamiento monetario se crean las condiciones propicias en el sistema empresarial con el fin de desatar todas sus fuerzas productivas y crear más riquezas para la nación, algo necesario para que la economía real reaccione con la menor cantidad de trabas posibles.
Pero en las circunstancias actuales un grupo de empresas cubanas tendrán que hacer un esfuerzo para soportar el proceso de devaluación, pero otras (unas 426) no podrán asumirlo y tendrán pérdidas, al menos durante el primer año.
Para ello está previsto por el Estado un monto de 18 mil millones de pesos para ayudarlas a salir de tal situación y evitar el despido de trabajadores o que dejen de llegar a la población servicios básicos y de primera necesidad.
Si no pagan antigüedad, de quien aprenden los nuevos si van a cobrar igual o más que q lo de experiencia