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La ciencia en Villa Clara hace país

Con una década en la vanguardia, seis años sede del acto nacional por el Día de la Ciencia Cubana, que se celebra cada 15 de enero, Villa Clara en esta ocasión resultó destacada por la distinguida labor en la investigación y la innovación de sus diferentes instituciones y el efectivo apoyo de esta comunidad a los problemas relacionados con la pandemia y sus impactos en todos los ámbitos.

 

Encuentro de científicos de la UCLV. Foto: Carlos Rodríguez

 

La integración de la ciencia y tecnología villaclareña ha sido puntal en el  combate a la COVID-19, sus especialistas se volcaron a enfrentar el contagioso virus y tuvieron la oportunidad de demostrar el arsenal de conocimientos acumulados durante años.

La provincia reconoció a la ciencia como una de sus grandes fortalezas en esta etapa pandémica. A la vez que tenía un sistema de salud integrado, coherente y sólido, estaba apoyado por un sistema de ciencia que desde el primer momento predijo, realizó cálculos, construyó herramientas oportunas para cada proceso, dio luces hacia cómo trabajar, aportó opiniones y posibles medidas a emprender, orientó sicológicamente a la población y estudió asuntos medulares demográficos y comunitarios, entre otras cuestiones.

 

Doctora Lizet Ley del pediátrico villaclareño estudia las consecuencias del virus en niños afectados por la enfermedad. Foto: Carlos Rodríguez

 

Profesor Armando Caballero, eminente intensivista cubano. Foto: Carlos Rodríguez

Los  especialistas de la medicina cubana, específicamente del servicio de cuidados intensivos y de pediatría del territorio, resultaron determinantes para establecer los protocolos que se implementan actualmente en el país con los pacientes graves, críticos y pediátricos. Se destacan los doctores Armando Caballero, Jefe de Cuidados Intensivos en el territorio, uno de los expertos reconocidos  en esta esfera en Cuba y Lizet Ley,  especialista de II Grado en cardiología del Pediátrico José Luis Miranda, con un estudio  que demuestra las consecuencias de la enfermedad en estas edades.

La integración

Ellos no han sido los únicos, ha sido un maratón de inteligencia, pensamiento y acciones en función de, no únicamente salvar vidas, que era la urgencia, sino además, hacer viable el país.

Estudios académicos en todas las ramas del saber, su vinculación con la práctica, el apoyo de directivos y productores a programas priorizados en los que se destaca la producción de alimentos, la elaboración de materiales de la construcción fundamentalmente para  la vivienda, a escala local,  viabilizar proyectos de exportación, son el resultado de un proceso de  unificación  que ha dado frutos palpables.

 

 

Reunión de científicos y expertos en el Hospital Militar Manuel Fajardo de Villa Clara para establecer protocolos de tratamiento. Foto: Carlos Rodríguez

 

La utilización del Centro de Bioactivos Químicos de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, en el tratamiento del agua de una cría de alevines, aditivos para hormigones y el uso del bioproducto AgroG, como fertilizante es una  fortaleza en la integración científica.

En la facultad de Ingeniería Eléctrica sobresale la línea dirigida a la robótica con alcance a varias áreas de la sociedad como la agricultura. Asimismo, los estudios informáticos han sido un puntal para el diagnóstico, pronosticar y  realizar estimaciones del comportamiento de la enfermedad  y en la atención a poblaciones vulnerables.

Las ciencias sociales han apoyado al entender el fenómeno y  establecer la labor comunitaria y la atención sociológica a ciudadanos afectados.

A su vez, se destacan estrategias para mejorar la base alimentaria de la ganadería con pastos y forrajes, la obtención de posturas de café de alta calidad, con sustratos locales, que favorece la recuperación del grano en la zona del Escambray, apoyados en la vinculación del Instituto de Biotecnología de las Plantas, la Estación Experimental del Café de Jibacoa y  formas productivas de la zona montañosa de Villa Clara.

Particularmente, la Estación de la Caña de Azúcar, de Ranchuelo, logró la introducción de nuevas formas de cultivo a partir de la  propagación in vitro. Es considerable el desarrollo alcanzado en los estudios  relacionados con los granos en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, en particular el Centro de Estudios  Agropecuarios, que se ha especializado en variedades como sorgo, maíz, girasol, trigo, soya, caupí y chícharo.

Otra línea de trabajo de la ciencia es el uso  eficiente para lograr  el ahorro de portadores energéticos, en particular el  uso de biomasa para la fabricación de azúcar refino entre otras acciones.

De igual modo, se intensificaron las actividades relacionadas con el medio ambiente  y la conocida Tarea Vida, plan  destinado a enfrentar el cambio climático. El resultado más palpable fue  lograr la confección de mapas de peligrosidad de intensas lluvias, de aceleración e intensidad sísmica en el perímetro urbano de Santa Clara y resúmenes de peligro, vulnerabilidad y riesgo.

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