La rápida y peligrosa propagación que ha tenido la COVID-19 en Cuba durante los últimos días se expresa también en las estadísticas de la provincia de Holguín, donde solo este martes 12 de enero se informaron 39 contagiados, cifra récord para un día y con la cual suman un total de 239 los casos detectados en el período de la nueva normalidad.
De esa última cifra se desprende una inexorable verdad: desde noviembre hasta la fecha se ha propagado mucho más la enfermedad en Holguín que en los primeros siete meses de la presencia del virus en el territorio, detectado el 18 de marzo.
Ello, unido al conocimiento de que existen en la provincia 103 focos activos en 11 municipios y se desconoce la fuente de infección de 10 de esos eventos, da la idea de la situación epidemiológica que se va creando en Holguín, necesitada de grandes dosis de responsabilidad individual y colectiva, que a todas luces han faltado.
Para contrarrestar el paso acelerado del nuevo coronavirus, la Dirección Provincial de Salud emitió nuevas medidas higiénico-sanitarias. Entre ellas se encuentran la de incrementar las pesquisas con estudiantes de ciencias médicas y crear equipos de inspección para controlar el cumplimiento de las medidas de prevención y en los que participen la Dirección de Inspección y Supervisión, la Policía Nacional Revolucionaria y la Fiscalía.
Se decidió suspender las actividades festivas que favorecen las indisciplinas (dígase fiestas de 15, bodas, festejos en bares y cabarets); permitir el funcionamiento de los restaurantes siempre y cuando tengan espacio físico que permita el distanciamiento, y priorizar en ellos la venta de alimentos para llevar.
Las medidas contemplan el uso obligatorio del nasobuco en lugares abiertos y cerrados; la suspensión de visitas a los hospitales, donde se establecerá un acompañante fijo por paciente; y el reforzamiento del transporte público en horario pico, mientras que se decidió su paralización entre las 9 de la noche y las 5 de la madrugada.
Desde la Dirección Provincial de Salud se indicó asimismo revisar la disponibilidad de cloro en las bodegas para abastecer a todos los núcleos familiares e incorporar filtros podálicos en los comercios, centros escolares y laborales.