Precios, la palabra del año
Acelgas, col china, rábanos y espinaca era el contenido de las dos jabas que Pedro puso sobre la mesa, mientras decía: “Todo eso es hierba y costó 110 pesos”. Era su primer “encuentro” con el ordenamiento monetario.
Yaima decidió ir a pie a trabajar, no está preocupada por la salud, sino por la economía familiar; las rutas que debe emplear vienen desde puntos lejanos de la ciudad y la tarifa única que aplican es de tres pesos, aunque sus recorridos están dentro del perímetro urbano.
Con 83 años, Mario es el sostén de él y su esposa —quien nunca trabajó— aunque posee dos pensiones, como jubilado y combatiente; saca cuentas y siempre queda en números rojos.
Y son muchas las inconformidades, acrecentadas por el hecho de que, ante los cuestionamientos, los análisis posteriores que conllevan la adecuación de precios dejan ver premura, superficialidad y arbitrariedad.
Por largo tiempo escuchamos hablar del Día Cero y la preparación para ese momento, y cualquier desacierto en la implementación tendrá un alto costo político y social. Ello lastra la confianza de la población, pues son decisiones que impactan negativamente sobre las finanzas familiares y son acatadas por la comprensión de su necesidad, no sin resquemores e incertidumbre.
Marino Murillo Jorge, miembro del Buró Político y jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, alertó: “La clave será cómo controlar un proceso inflacionario indeseado en magnitudes superiores al estimado por la Tarea Ordenamiento”.
Lograrlo dependerá no solo de restringir y controlar los precios a los bienes y servicios del sector privado; lo cual será más difícil si el orden no empieza por el estatal.
Se requiere avanzar con pasos seguros, que exista una relación, al menos proporcional, con el incremento salarial; que permita mantener los estándares de calidad de vida alcanzados, máxime cuando las redes comerciales muestran una notable disminución de las ofertas. Rectificar es de sabios. ¿Cómo escaparon esos “deslices” a los ojos de expertos en el tema? Coherencia entre políticas e implementación reducirán al mínimo los tropiezos en el proceso de fortalecimiento económico que ya está en marcha. (Yolanda Molina Pérez)
Atornillar lo que anda flojo
Ella se enteró del monto de su salario reformado tres días antes de que lo depositaran en la tarjeta. Aquel reclamó por el precio de los jabones para personas postradas e incontinentes, correspondiente al mes de diciembre, vendido por un monto superior al que debía ser.
Hechos reales, dislates totales. Cuestiones en las que muchos santiagueros, tal vez de otras provincias también, se han visto involucrados en estos días iniciales de un mes que deviene punto de partida de transformaciones radicales.
Ya se sabe que el ordenamiento monetario y cambiario, la reforma integral de salarios, pensiones y prestaciones de la asistencia social, la eliminación o reducción de subsidios, así como de gratuidades indebidas, no tienen precedentes en la historia de la nación.
La mencionada Tarea, que si la ponemos en el plano académico es más bien un ejercicio de culminación de doctorado, con investigación previa y discusión de tesis incluida, ha sido, a no dudarlo, un parteaguas en la vida de los cubanos, de la sociedad toda.
Y si bien el tiempo es joven todavía, los pocos días transcurridos dejan en claro determinadas cuestiones en las que será necesario enfocarse más y mejor en lo adelante.
Una de ellas, los problemas que existen en la preparación y capacitación de quienes deben formar precios, otra, el desconocimiento de quienes tienen la obligación de revisarlos y aprobarlos.
Es cierto que errar es de humanos, pero ¡en tantos sectores a la vez!
No obstante, resta mucho por enmendar. A medida que avanzan las horas, que enero deja correr las hojas del almanaque y se acceden a los más variados productos y servicios, el asombro, y hasta la incomodidad, se muestran sin medias tintas.
Urge entonces zanjar fisuras, poner el punto en la i, ajustar amarras, y atornillar bien lo que anda flojo, pero con mano firme, con precisión y, sobre todo, con previsión. (Betty Beatón Ruiz)
Ponerle la tapa al pomo
Alegría y preocupación. Cálculos y más cálculos. Los primeros días del año han estado signados por la alegría debido al aumento salarial y también por la incertidumbre lógica que ha causado la elevación de la mayoría de los precios, algunos muy incrementados.
Como se ha explicado, la intención es evitar o disminuir en todo lo posible una inflación que podría originarse con motivo de que la oferta de bienes y servicios no se corresponde con la cantidad de dinero en manos de la población.
No obstante, hay cifras que alarman y han agudizado la inquietud, como sucedió con la tarifa eléctrica, a la cual le redujeron un porcentaje en relación con la propuesta inicial, a partir de las muchas opiniones vertidas al respecto.
Cierto es que los gobiernos locales han establecido precios fijos que deben ser cumplidos, pero igualmente es verdad que, como se ha manifestado a través del tiempo, del dicho al hecho hay un gran trecho, pues resultan violados con regularidad. Una muestra de ello es que hay quienes ponen un costo a determinado producto en la pizarra y al comprador le dicen otro, siempre por encima del fijado oficialmente.
Se insiste hoy en el papel de los inspectores y las autoridades, pero evidentemente no es posible que estén en todas partes todo el tiempo, por lo que las administraciones deben adoptar una actitud más consciente y exigente.
Hay precios que asombran. Por ejemplo, un conito de churros que anteriormente valía 5 pesos, ahora cuesta 15, y la calidad sigue siendo la misma. Además parece inadecuado que un trencito que recorre la ciudad y constituye una atracción singular, en especial para los niños, se cobre ahora en MLC. Esa decisión pudiera rectificarse para el beneficio de muchos.
La dirección del país ha demostrado que escucha las opiniones y actúa en consecuencia, porque el proceso revolucionario se ha caracterizado siempre por tener a los seres humanos en una posición prioritaria. Y esa actitud reconforta.
Entonces, es preciso seguir el análisis y la atención a las opiniones, multiplicadas enormemente por estos días. (Ramón Barreras Ferrán)