El Comité guatemalteco Pro Premio Nobel de la Paz para el Contingente Médico Henry Reeve se sumó este viernes a las voces que respaldan la histórica obra solidaria de Cuba.
En conferencia de prensa en la capital guatemalteca, diversas organizaciones sociales, de pueblos indígenas y diputados de partidos políticos presentaron oficialmente la propuesta de nominación del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias para que le sea otorgado el Nobel de la Paz 2021.
El Comité destacó el papel de los profesionales de la medicina de la Isla en el enfrentamiento a la crisis sanitaria mundial por la Covid-19 y su presencia desinteresada en más de 30 países.
En su argumentación, recordaron que en Guatemala desde hace más de 22 años, las brigadas médicas de la Isla no han escatimado esfuerzos para prestar servicios sin ningún tipo de afán de lucro, sino motivadas por un espíritu histórico e incansable de internacionalismo, a pesar de los graves riesgos para su vida.
Creada en 2005, la Henry Reeve prestó su primera asistencia en la tierra del Quetzal a raíz del desastre provocado por la tormenta Stan, cuando llegaron aquí 688 integrantes en apoyo a la labor de sus colegas de la Brigada Médica central.
Entre las razones para optar por el Premio Nobel de la Paz, el Comité guatemalteco mencionó el papel del contingente en varios países de América Latina, Asia, Europa y África, en particular, durante la epidemia de Ébola, y ahora, contra la pandemia.
En el caso de Guatemala resaltaron las más de 40 millones de consultas médicas y más de un cuarto de millón de personas salvadas desde 1998, año en que llegaron los primeros galenos de la Isla ante el pedido del Gobierno de Álvaro Arzú para enfrentar el desastre causado por el huracán Mitch a su paso por Centroamérica.
Desde entonces -afirmaron- los guatemaltecos no han tenido que pagar nada por ser tratados con medicina de alta calidad y en lugares donde los servicios de salud locales no llegan o prácticamente no existen.
Asimismo, ante los daños causados en noviembre último por las tormentas Eta e Iota, la Brigada Médica de Cuba aquí formó un contingente Henry Reeve con su propio personal especializado para apoyar los servicios de salud en los departamentos de Alta Verapaz, Izabal y Quiché, los más golpeados por las lluvias y las inundaciones.
El grupo de 20 galenos, enfermeras y graduados guatemaltecos de la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana llegaron hasta aldeas y comunidades que quedaron totalmente aisladas a pedido de las autoridades de Salud, alcaldes y diputados.
‘Por estas razones de amplio reconocimiento mundial e histórico nos sumamos a las voces que piden concederle el Premio Nobel de la Paz’, puntualizaron.
(Tomado de PL)
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