Con el mejor de los deseos de contribuir a los festejos hogareños por el nuevo año, el gobierno de la capital, mediante la acción coordinada de organismos, ministerios, empresas productoras y las autoridades de la ciudad, acometió diferentes propuestas de ofertas alimentarias: esa loable idea se convirtió en un gran problema que llevó a penosas y agresivas disputas entre vecinos y amigos, pues no se tuvo en cuenta que La Habana es un territorio superpoblado y que resultaron insuficientes los puntos de venta para satisfacer a la mayoría de los más de 2 millones de personas que en esta habitan.
Aunque el gobierno en la capital, a través de su departamento coordinador de programas, advirtió que estos suministros “se encuentran todavía muy lejos de la demanda de la población”, pienso que esta favorecedora decisión no contó con un previo y profundo análisis de las experiencias hasta ahora registradas en la comercialización de gran parte de los artículos que se expenden en las tiendas de las cadenas Panamericana, TRD, Caracol y otras.
He tenido la posibilidad de dialogar sobre este asunto con innumerables capitalinos que han considerado esta propuesta como un error en la distribución de alimentos extras por el fin de año, en tiempos de tantas carencias y necesidades alimentarias. Solo han podido adquirirlos los que se arriesgan a enfrentar un verdadero tormento de personas que, con mirada amenazante, cuidan con celo sus puestos en la fila. Tiques, listas, guardias permanentes, broncas… dinamizan el lamentable suceso “colero”.
La casi totalidad opina que hubiese sido más justo y lógico que estos productos se hubiesen ofertado en establecimientos en las zonas de residencia familiar, bajo el control de la libreta de abastecimiento, aunque las cantidades (libras) a distribuir fueran menores a las estipuladas por piezas de cerdo que quedan entre unos pocos de la fila.
Muchos piensan que, en medio de las limitaciones, era mejor mantener la distribución equitativa a pesar de la engorrosa repartición en las unidades existentes en los barrios.