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Cargando...El 17 de mayo de 2007 la joven argentina Ana María Acevedo, embarazada de pocas semanas fue detectada con cáncer maxilar. El tratamiento oncológico que debían practicarle – según le habían advertido – era incompatible con la continuidad de su embarazo, debido a lo cual la joven pidió que le hicieran un aborto que le permitiera salvar su vida, pero en el hospital en que se encontraba le fue negada esa posibilidad y la joven murió.
Por Ana María Acevedo y por muchas mujeres más fue sin dudas la vigilia de la noche anterior, los pañuelos verdes levantados una vez más, la discusión en el Senado, la lucha de años concentrada en unas horas que devolvían la esperanza y podrían concretar la aspiración de millones y se logró: Argentina es hoy un país mejor con la aprobación en el Senado del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo; ahora solo queda que la norma pase al Ejecutivo Nacional para su promulgación.
La ley aprobada por 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, además de legalizar el aborto y despenalizarlo, refiere la importancia de la atención posaborto, un reclamo que por años ha acompañado las demandas de las más diversas organización sociales de la nación sureña que apoyan las luchas feministas y a la que han sumado millones de voces en Latinoamérica y el mundo.
El Senado aprobó también por unanimidad un proyecto de ley para la atención y el cuidado integral de la salud durante el embarazo, conocido como Plan de los mil días para aquellas personas que deseen maternar.
“El aborto seguro, legal y gratuito es ley. A ello me comprometí que fuera en los días de campaña electoral. Hoy somos una sociedad mejor que amplía derechos a las mujeres y garantiza la salud pública. Recuperar el valor de la palabra empeñada. Compromiso de la política”, dijo el presidente argentino Alberto Fernández en su cuenta en Twitter al conocerse el resultado.
Desde que se confirmó la noticia personalidades de todos los ámbitos de la vida social y política del país y de otras latitudes, organizaciones legales y de derechos humanos han expresado su satisfacción por el resultado y han felicitado al pueblo argentino y en especial a las mujeres, que nunca se cansaron en una lucha que data de más de un siglo y que hoy deja de ser – por primera vez – una aspiración, para ser realidad.
