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Las buenas “mecánicas” de una fábrica holguinera (+Fotos)

La belleza, ya se sabe, puede habitar en los lugares más insospechados. Por eso no asombra encontrarla en la UEB Fábrica de Equipos e Implementos Agrícolas 26 de Julio, sobre todo en los espacios donde el hierro y otros metales ceden entre manos laboriosas y destellos de soldaduras y se transforman en piezas y maquinarias, que servirán para roturar y cultivar la tierra, pero más que todo para “cosechar” el futuro.

 

Al inaugurar la fábrica en 1981, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz la calificó como una joya de la industria mecánica cubana. Foto: Lianne Fonseca

Esa rara hermosura que irradia del trabajo fuerte y útil es la que ha seducido a Sara Ayala en los casi 40 años que lleva como obrera en el taller de maquinado del insigne plantel holguinero de la rama sideromecánica. La prueba está en que a sus 68 años, y enérgica todavía dentro de su overol azul y con un casco verde como corona, afirma: “Soy fundadora, aquí me forjé y he echado toda mi juventud. De aquí que me lleven para la “caja”, porque la vida mía es esta fábrica”.

 

La obrera Sara Ayala integra la lista de los más de 80 trabajadores fundadores que aún laboran en la “26 de julio” y la impulsan con su amor y sentido de pertenencia.Foto: Lianne Fonseca

En los encantos sutiles y diferentes de la mecánica y en el simbolismo de las palabras de Sara pueden encontrarse los motivos principales por los cuales la fábrica holguinera, fundada en 1981 y que ha padecido la escasez de materias primas, mantiene todavía una vitalidad innovadora que deja huellas en los campos cubanos por donde pasan surcadores, cosechadoras, tractolvas y otros equipos ensamblados en sus entrañas. Son el sentido de pertenencia y la inventiva de sus trabajadores las bases de sus proyecciones en medio de tantas carencias.

Se explica así también el porqué en este 2020, de gigantescos desafíos y aún sin contar con insumos importados, la entidad, perteneciente a la Empresa Mecánica “Héroes del 26 de julio” (Holmeca), tuvo sobrecumplimientos en sus ventas, ascendentes a 17 millones de pesos, y ejecutó, además, importantes trabajos mecánicos en beneficio del territorio, entre los que cuentan la recuperación de 22 camillas y más de 300 camas hospitalarias y otros artículos en déficit dentro del sistema sanitario, de acuerdo con Juan Carlos Pargas Palacio, director de la UEB.

 

Piezas, implementos agrícolas y maquinarias de gran utilidad para el sector azucarero y la agricultura nacen en las entrañas del plantel industrial holguinero. Foto: Lianne Fonseca

Sergio Calzadilla Rodríguez, secretario del Buró Sindical de Holmeca, apunta al respecto que “si bien este año ha sido muy difícil para la gestión económica de la empresa por la falta de recursos, todos los factores del centro y los casi 600 trabajadores de la UEB se enfrascaron en la tarea de buscar soluciones alternativas, empleando lo que se tenía en inventario”.

Así fue posible entonces, como apunta Reynaldo Pupo Martínez, director general de Holmeca, que la empresa incrementara las soluciones mecánicas dirigidas al territorio holguinero, sobre todo en aquellos centros de la economía que tienen que ver con la producción y elaboración de alimentos.

 

Reynaldo Pupo Martínez, director de Holmeca, afirma que la empresa posee diversidad en su equipamiento tecnológico y capacidad intelectual para emprender soluciones en beneficio del territorio. Foto: Lianne Fonseca

Sin embargo, no son las necesidades mecánicas más cotidianas las únicas demandas a las que la “26 de julio” da solución. Su potencial se pone al servicio de empeños mayores, que a largo plazo constituirán garantías para el desarrollo de la agricultura y la industria azucarera.

Ello lo demuestra la ejecución de cinco proyectos de desarrollo de nuevos productos, entre los que se encuentran aquellos necesarios para el programa de bioeléctricas de Azcuba; equipos para labores de siembra, fertilización y fumigación de granos, para la ganadería; máquinas autopropulsadas y motores eléctricos.

Entre esos planes resalta el que se lleva adelante para contar en el futuro cercano con una maquinaria que nunca antes se ha utilizado en Cuba, una cosechadora de maíz de seis hileras. El equipo, que será sometido a pruebas en el primer trimestre del 2021, está aún en fase de diseño y fabricación y cuenta con la competencia de otras entidades, con lo que se pone en práctica el tan necesario encadenamiento productivo.

Asimismo, se encuentra ya en fase de prueba en campos cercanos el prototipo de tractor Magric 80.2, de 80 caballos de fuerza. Con tracción trasera y diseñado para roturar, cultivar y fertilizar la tierra, el nuevo equipo ratifica las potencialidades innovadoras que tiene Holmeca.

A respecto Pupo Martínez destaca:

“En un momento dijimos que esta era una industria para hacer implementos agrícolas, pero esta es una fábrica mecánica capaz de crear maquinarias complejas, ¡cómo no! El equipamiento y el oficio no se han perdido. Por eso hemos llegado a la fabricación de este tractor, que hasta el momento el país lo ha tenido que importar siempre a elevados costos, sin contar que luego carecen de piezas de repuesto”.

Enfrascadas en esos planes invaluables para el desarrollo económico del país, Holmeca en general y la Fábrica de Implementos, particularmente, se encaminan al 2021 con las aspiraciones de ampliar sus mercados para la exportación e insertar algunos de sus productos en la red cubana de tiendas en moneda libremente convertible.

 

La empresa tiene entre sus proyecciones insertar algunas de sus producciones en la red de tiendas en moneda libremente convertible y ampliar sus horizontes en la exportación. Foto: Lianne Fonseca

Pupo Martínez resume los retos así: “Próxima a sus 40 años, con una plantilla de trabajadores muy estables y con una elevada presencia de jóvenes, la empresa se consolida. No tenemos ningún temor a algunas cuestiones relacionadas con la importación de recursos materiales porque hay bastante iniciativas en la institución. La capacidad técnica es elevada y el compromiso de los trabajadores es el de seguir desarrollando muchas alternativas de gestiones, que quizás estaban dormidas pero que ha llegado el momento de poder ponerlas en práctica”.

 

El sistema sanitario de Holguín se ha beneficiado de los aportes de la planta mecánica, entre los que resaltan la confección de camas hospitalarias. Foto: Lianne Fonseca
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