Al líder sindical cubano, Jesús Menéndez, se evocó en Encrucijada, su tierra natal, en el aniversario 109 de su natalicio.
Una vez más la finca La Palma, lugar donde el General de las Cañas, forjó su estirpe de hombre justo, rebelde, aquí está la cimiente de su pensamiento sindicalista, y se curtió el militante comunista connotado e íntegro, que luchó y conquistó demandas obreras en la isla, se estremeció por el tributo de los trabajadores cubanos a su líder.
Respetando el distanciamiento social y las medidas de seguridad sanitaria que imponen la situación epidemiológica actual se dieron cita representantes de diferentes sindicatos, en particular el azucarero, y entre canciones y poemas patrióticos se evidenció la vigencia del pensamiento de Menéndez, quien nació el 14 de diciembre de 1911
La típica vivienda rural cubana, hecha de tabla de palma y techo de guano, que denota su origen humilde, sirvió de escenario a la conmemoración para expresar que su lucha está firme y sirve de acicate para defender la Revolución Socialista Cubana en las circunstancias actuales en que apátridas y mercenarios, intentan mancillar la nación.
A partir del arte y la cultura se demostró que el pensamiento de Jesús Menéndez inspira para defender con fuerza las razones que tenemos los cubanos de vivir en esta patria socialista, su vida y obra son ejemplos imperecederos”, afirmó.
Jesús Menéndez fue retranquero de trenes de caña , purgador de azúcar en el central Constancia, se vinculó al proceso de radicalización de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC).
En 1939 funda, junto a Lázaro Peña, la CTC. Por su labor al frente de los obreros azucareros, es designado delegado a la Asamblea Constituyente y electo Representante a la Cámara, lo que se convierte en un enfrentamiento constante a la burguesía y al imperialismo.
Entre sus conquistas pueden mencionarse el diferencial azucarero, la caja de retiro azucarero y la cláusula de garantía, el pago de horas extras, la elevación del salario a los trabajadores de este sector, así como la higienización de los bateyes y otras medidas de carácter social.
Por si integridad moral y principios indeclinables es asesinado en Manzanillo el 22 de enero de 1948, por el capitán de la guardia rural Joaquín Casillas Lumpuy.