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Conflictos de trabajo y citas con la Historia

Las últimas jornadas del Festival habanero siguen presentando títulos que tiene que ver con el mundo obrero, entre ellos Ane (España), del Panorama Contemporáneo Internacional.

En Euskadi, durante 2009, Lide trabaja como guardia de seguridad en las obras del tren rápido, un proyecto que genera protestas en las calles , entre las cuales se insertan las de un grupo estudiantil al que pertenece su hija Ane sin que ella lo sepa; esta desparece tras una discusión con la madre y Lide lo atribuye a ello, pero poco a poco, junto a su ex y padre de la joven, comienza a descubrir un carácter rebelde y contestatario.

Mediante un relato que maneja muy bien las claves del thriller, diálogos ingeniosos que apuntan a personajes sólidamente diseñados y una puesta que presenta cohesión y eficacia en sus rubros principales (donde sobresalen las principales actuaciones), el filme desarrolla conflictos laborales, generacionales y sociales de hondo calado y absoluta contemporaneidad.

Pese a que abundan como se ha visto en nuestros textos, las obras contemporáneas y con dilemas existenciales y personales o familiares, no faltan los de tema histórico, muchos de los cuales también incluyen aquellos.

Entre ellos, Hotel Coppelia  (República Dominicana), dirigida por José María Cabral (Carpinteros, El proyeccionista ) que ilustra una página crucial en la historia caribeña: en 1965 los revolucionarios constitucionales organizan un golpe de estado en Santo Domingo y toman un cabaret como base operacional: la vida de un grupo de prostitutas que trabajan allí cambia de un momento a otro; cuando aun no se han adaptado del todo a su nueva realidad, el ejército estadounidense invade el país y ocupa el local, sometiéndolas a una verdadera esclavitud: ellas harán todo lo posible por no dejarse vencer.

Con la fuerza y energía de una diégesis que avanza sembrando en el público interés y atención absolutos, el filme descuella por una notable reconstrucción histórica, sobresalientes en la dirección de arte, fotografía y ambientación, sin olvidar las actuaciones ( Lumi Lizardo, Nashla Bogaert, Nick Searcy  y nuestro paisano Jazz Vilá en el papel que más le gusta y en el que se ha especializado: travesti).

Aunque comparte con este algunos de esos méritos, en el caso de Matar a Pinochet (Chile, Juan Ignacio Sabatini) el trayecto de un grupo de guerrilleros y militantes que planean ajusticiar al tirano después de 15 años ensangrentando el país, el discurso se enturbia con una evidente indefinición tonal que no logra cohesionar las pretensiones poéticas del narrador y ciertos pasajes que calzan sus comentarios, con una línea mucho más realista  y expositiva. A ello se une el picotillo que crea un montaje sesgado y con demasiadas particiones entre pasado y presente, lo cual genera ciertas dificultades para la comprensión de los hechos, a pesar de lo cual no le faltan satisfactorias actuaciones y momentos impresionantes, de indudable aliento artístico.

La pasión de Javier, realizada por el peruano Eduardo Guillot  , se ubica en los comienzos de los años 60 del siglo pasado, en una época marcada por el romanticismo revolucionario y las esperanzas que sembraron en el resto de América Latina, y en no pocos intelectuales progresistas del mundo entero el triunfo de los rebeldes en la Sierra Maestra , dentro de la cual sigue al poeta Javier Heraud, quien decide abandonar sus estudios literarios en la Universidad y su vida prometedora de escritor en el Perú para unirse a una guerrilla en Bolivia, lo cual le crea conflictos con sus padres y su novia.

La biopic se ve afectada desde los minutos iniciales por una ostensible torpeza en el manejo de los elementos narrativos, sobre todo una edición deficiente que no logra conjugar de manera coherente y orgánica los diferentes tiempos del relato.

Aunque el caso en sí es de sumo interés, sobre todo en estos tiempos de nihilismos y en los que no abundan las hermosas utopías de entonces, el tratamiento fílmico queda bien por debajo de lo que el tema y el propio objeto de la película merecían. Queda como un borrador de lo que nos debe el cine peruano acerca de este audaz y valiente poeta que sacrificó su vida en pos de un ideal.

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