Llegó la hora, el momento esperado, o más bien, llegará, justo el primer día del año 2021. Muchos lo asumen como un buen augurio, algo así como año nuevo vida nueva, salario nuevo, precios nuevos.
Más allá de premoniciones lo que vale es la intención de ordenar la economía cubana, urgida de encontrar el camino de la eficiencia.
No hay otro tema en el comentario popular que el esperado anuncio del llamado día cero y sin dudas así debe mantenerse desde ahora y hasta que se concrete el momento en que el peso cubano se enseñoree en la sociedad como la única moneda de la nación.
Opiniones van, opiniones vienen siempre con la esperanza puesta en un país mejor que solo será posible si cada cual cumple bien lo que le toca.
En la provincia de Santiago de Cuba se trabaja desde hace tiempo ya en todo lo relacionado con la llamada tarea ordenamiento, así lo comentaba hace unos días atrás la ingeniera Beatriz Johnson Urrutia, Gobernadora de este suroriental territorio.
La también vicepresidenta del Consejo de Estado explicó que diariamente el grupo provincial temporal, creado para favorecer la materialización del ordenamiento, intercambia mediante videoconferencia con miembros de las estructuras similares creadas en cada uno de los nueve municipios para evaluar aspectos claves a los que se les presta especial atención.
Entre ellos figuran la situación de las cuentas por cobrar y pagar entre las entidades, la identificación de las personas vulnerables, el alistamiento del comercio minorista, y la disponibilidad de plazas que puedan ofertar las direcciones de Trabajo y Seguridad Social.
Johnson Urrutia destacó el vínculo del ordenamiento monetario y cambiario con el perfeccionamiento de la empresa estatal y a su vez con la implementación de las medidas puestas en vigor para fortalecer este importante eslabón de la economía cubana, fuente directa llamada a ser savia del socialismo próspero y sustentable al que se aspira.