La urgencia de materializar la estrategia económica y social requiere cambios en la actuación del sindicato en Matanzas, especialmente en su manera de educar, movilizar y representar a los trabajadores, aseguró Milagro de la Caridad Pérez Caballero, integrante del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Al intervenir en el pleno del Comité Provincial de la CTC, la dirigente insistió en la conveniencia de modificar estilos si de verdad se pretende garantizar la efectiva participación de los trabajadores en la gestión económica de sus colectivos laborales, sobre todo en un territorio como el matancero, decisivo en la estructura de producción de bienes y servicios en el país.
Para conseguir esos propósitos necesitamos generar compromisos y sentido de pertenencia en los trabajadores, reflexionó Osmar Ramírez Ramírez, secretario general de la CTC en predios yumurinos, donde “hoy constituye fortaleza el cumplimiento de la plantilla de cuadros, lo cual favorecerá mejor funcionamiento”, significó.
El informe presentado por Ramírez Ramírez derivó en el debate de las potencialidades existentes para incrementar las producciones agrícolas, algunas de las cuales aparecen sobrecumplidas, pero sin expresión en la red de mercados de una provincia que este fin de semana reabrió sus ferias agropecuarias y comerciales en Matanzas y Cárdenas, dos municipios con marcada exageración en la subida de precios en las ofertas de vendedores particulares.
Varias intervenciones abogaron por controlar con rigor los cultivos para que lleguen a su destino, a respetar la fecha de pago en entidades de la Agricultura, y a vencer los escollos en la Empresa Genética de Matanzas, golpeada aún por objetividades y problemas organizativos que la alejan del cumplimiento del plan de leche.
Según lo anunciado, la zafra azucarera arrancará en las próximas horas por el central Jesús Rabí, un puntal en las aspiraciones de concretar las 9 mil toneladas de la gramínea comprometidas para esta etapa en un territorio que en los últimos años presenta una negativa tendencia a bajar las cifras de fabricación, consecuencia directa se sembrar menos caña.
Ampliamente debatido en el pleno resultó el tópico de los interruptos, fundamentalmente en el sector del turismo, donde más de 4 mil hombres y mujeres están a la espera de ofertas laborales, en momentos en los que la provincia se encuentra en nueva normalidad, pero la industria de ocio sigue afectada por el bajo nivel de ocupación.
A la falta de empleo como la principal garantía se une su posible repercusión en la pérdida de fuerza calificada, alertaron Amaurys Echevarría y Arnaldo Díaz Hiedra, representantes sindicales en los hoteles Royalton Hicacos y Sol Palmeras, respectivamente.
Pérez Caballero llamó la atención sobre el inteligente manejo de un personal ya formado, algo que no deberían perder de vista entidades del Ministerio de Turismo, porque en el estratégico sector la calidad la determinan la competencia profesional, la experiencia, adquisición de habilidades y compromiso de los empleados con su hotel.
En representación de los trabajadores no estatales, Joel Báez Almeida manifestó la afectación provocada por la Covid-19 también entre los arrendatarios en divisas, figura no incluida, dijo, entre los aprobados para la compra en el mercado mayorista (MERCABAL), a pesar de existir una licencia sanitaria garante de ofrecer desayuno y comida.
“Los afiliados solicitan analizar la decisión en momentos en los que se le exige a los turistas mantenerse aislados en las vivienda hasta la llegada del resultado del PCR”, señaló Báez Almeida.
En el pleno se reconoció la contribución voluntaria de colectivos laborales en apoyo a labores agrícolas en una provincia comprometida con ser la más productiva del país, meta que deben liderear los dirigentes sindicales, afirmó en sus conclusiones Idovaldo Díaz Martínez, integrante del Buró Provincial del Partido Comunista de Cuba.