En el enfrentamiento a la Covid-19, la colaboración Cuba-Venezuela es un ejemplo irrefutable del valor de la solidaridad para vencer los desafíos de esta contingencia sanitaria que se reporta en 186 países con más de 65 millones de casos confirmados y un millón 507 mil 441 fallecidos.
Una cifra superior a los 20 mil misioneros cubanos de la Salud combate, junto a sus pares venezolanos, la letal enfermedad y exhiben halagüeños resultados en esta batalla por preservar la salud y la vida ante este peligroso virus.
Fruto de esas acciones de complementariedad, es la recuperación, hasta la fecha, de 98 mil 879 pacientes, que representan el 95% de los 103 mil 877 casos positivos al Sars-CoV-2 detectados en los más de 264 días de enfrentamiento a esta letal enfermedad.
Esos resultados connotan la manera eficaz con que han gestionado este mal, a pesar del recrudecimiento de la guerra económica impuesta por la actual administración norteamericana a las dos naciones, con funesto impacto en la adquisición de equipos, medicamentos e insumos necesarios para atender a los enfermos y sospechosos.
Según informó la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, hasta este viernes se mantenían 4 mil 85 casos activos, de ellos 4 mil 59 reciben cuidados médicos especializados, gratuitos y de calidad, en instituciones del Sistema Nacional Público de Salud y 26 en clínicas privadas, que ha sido una tendencia sostenida en toda esta etapa.
Para controlar la propagación del nuevo coronavirus se ha realizado una cifra superior a los dos millones 290 mil pruebas, unas 76 mil 585 por millón de habitantes y han aumentado las capacidades de hospitalización convirtiendo en áreas de ingresos intermedios instalaciones como el Poliedro de Caracas y las salas de rehabilitación adscriptas a los Centros de Diagnóstico Integral (CDI).
A pesar del bloqueo, el Gobierno y las autoridades de Salud convirtieron en centinelas más de 300 cdi, gestionados por colaboradores cubanos, instalaciones que fueron dotadas con el equipamiento tecnológico imprescindible, medicamentos, medios de protección e insumos para garantizas la atención médica especializada y la bioseguridad del personal médico y los enfermos.
También fortalecen el Sistema de Atención Primaria de Salud a lo que están contribuyendo ya más de mil médicos cubanos, de los dos mil solicitados por el presidente Nicolás Maduro, quienes prestan servicios en los consultorios populares ubicados en las comunidades más desfavorecidas como refuerzo vital de sus compatriotas que desde marzo asumen labores para contener la propagación de la epidemia.
Esa batalla tiene como signo distintivo la unión cívico-militar-policial y la cooperación de organizaciones internacionales y de países amigos como Cuba, Irán, Rusia y China una prueba irrefutable del reconocimiento internacional del gobierno constitucional de Venezuela encabezado por Nicolás Maduro Moro.
Ha quedado claro que ante este mal se precisa la solidaridad entre las naciones como han reiterado la Organización Mundial de la Salud y los presidentes de Cuba y Venezuela, dos países hermanos que están dando una lección al mundo sobre esta materia.
En el enfrentamiento a la Covid-19, los misioneros cubanos marchan a la vanguardia en zonas rojas; pesquisas casa a casa (más de 103 millones), pruebas rápidas (una cifra superior al millón 568 mil), atención a pacientes enfermos y sospechosos (más 284 mil 233) siguiendo el legado humanista del Comandante en Jefe Fidel Castro, como parte del Ejército de Batas Blancas que fundó pensando en los más vulnerables.
También han sido decisivos los aportes de las siete brigadas del Contingente de Médicos Internacionalistas Henry Reeve que han apoyado el enfrentamiento, de las cuales seis ahora mismo están en la primera línea de combate contra la pandemia.
Sus integrantes en mayoría recién regresaban de Italia, Andorra, México y Emiratos Árabes y dieron el paso al frente y han consultado más de tres mil 147 enfermos, y realizado más de 24 mil 900 procederes de enfermería.
Aunque los grandes medios al servicio de intereses del imperio y sus lacayos silencian estas realidades, Cuba y Venezuela, dos países bloqueados y víctimas de campañas difamatorias diseñadas por los Estados Unidos siguen unidas defendiendo la vida frente a la amenaza de este mortal patógeno.
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