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Con la voluntad de vencer

«¡Atención! ¡Recuento!

Abren y chirrían las puertas de hierro del interior de la galera, las de cada celda; salimos al pasillo, nos alineamos frente a un oficial acompañado de un soldado y un recluso. Así ha sido invariablemente todos los días a las seis de la mañana y de la tarde, y también otras veces para una requisa por sospecha o por precaución».

Con tan sugerente narración se inicia el relato testimonial que, bajo el título ¡Atención! ¡Recuento! Presidio Exilio Desembarco (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2009, 436 pp), firma el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque.

Publicado por primera vez en 1995, este libro presenta, contadas en primera persona, las experiencias vividas por el autor, uno de los protagonistas de la Revolución Cubana, en la lucha contra la dictadura batistiana.

Son tres momentos claves en la historia cubana de la segunda mitad del siglo XX, liderados por el entonces joven abogado Fidel Castro, con el noble empeño de alcanzar la independencia, soberanía y libertad de la patria amada.

«Presidio», la sección que abre la entrega, relata el encarcelamiento en el tristemente célebre Presido Modelo, en Isla de Pinos, condenado, junto a Fidel y los jóvenes de la Generación del Centenario,  por las acciones del 26 de julio de 1953.

En estas páginas no solo se conocerá de los días en presidio, sino también el significado, a pesar de no alcanzar el objetivo previsto, de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo.

En «Exilio», la segunda parte del volumen, Almeida Bosque rememora, como es fácil imaginar, la estancia en México, luego de la amnistía que, ante la presión popular, la dictadura se vio obligada a conceder a los moncadistas encarcelados.

Texto revelador en que el autor refiere los preparativos de los revolucionarios en tierras mexicanas, para regresar a la isla, a bordo del yate Granma, e iniciar posteriormente la guerra en la Sierra Maestra.

Como cierre del libro, en «Desembarco», aparece la travesía de los 82 expedicionarios del Granma, desde Tuxpan hasta Las Coloradas, en un logrado intento de trasladar al lector las aventuras y desventuras de tan arriesgado recorrido.

A ese capítulo pertenece este fragmento, en que se reafirma la inquebrantable decisión de luchar hasta el triunfo definitivo:

¡Qué alegría –me digo– volver para Cuba! Después de tantos meses de ausencia, volver para luchar con armas buenas, calibre 30,06. No sé qué arma me darán, pero cualquiera que sea, de tiro a tiro, o de repetición, o un fusil de mirilla, en esta ocasión, será de igual a igual el enfrentamiento con el enemigo de infantería. Ya buscaremos cómo combatir contra los aviones, los tanques, los cañones y las ametralladoras. Lo que sí ahora no será calibre 22 contra 30,06, como decía Darío, será con el mismo calibre e igual alcance, y nosotros con mejor entrenamiento, preparados en condiciones difíciles para el combate de día y de noche, con hambre o con sed; pero con la voluntad de vencer, porque tenemos la razón, porque luchamos por la libertad de Cuba, por nuestro ideal y el de los hermanos caídos.

¡Atención! ¡Recuento! Presidio Exilio Desembarco se estructura mediante narraciones, descripciones y diálogos inteligentemente concebidos, que llegan a través de un ameno y fluido lenguaje.

Varios anexos complementan el libro, entre ellos mapas, fotografías, la relación de los 82 expedicionarios del Granma, los datos táctico-técnicos del yate y las características del faro Cabo Cruz.

Asaltante al cuartel Moncada, expedicionario del Granma, miembro del Ejército Rebelde, Juan Almeida Bosque (La Habana, 1927-2009) es uno de los más aguerridos combatientes en la lucha por la victoria de enero de 1959.

Miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, vicepresidente del Consejo de Estado y presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana fueron algunas de las altas responsabilidades políticas y estatales desempeñadas a lo largo de su vida.

En el campo de la creación artística, Almeida Bosque enriqueció la cultura cubana de la pasada centuria con más de 300 canciones –La Lupe entre  las más conocidas– y con la publicación de una docena de libros.  

En su bibliografía aparecen, entre otros títulos, Por las faldas del Turquino, Contra el agua y el viento –Premio Casa de las Américas 1985–, La única ciudadana, El General en Jefe Máximo Gómez y La aurora de los héroes.

En el prólogo a su libro Pasajes de la guerra revolucionaria (1963), Ernesto Che Guevara solicitaba, a quienes habían participado en la lucha contra la tiranía batistiana, que dejaran por escrito sus testimonios, para así «completar mejor la historia».

«Solo pedimos –aclaraba el Guerrillero Heroico– que sea estrictamente veraz el narrador; que nunca para aclarar una posición personal o magnificarla o para simular haber estado en algún lugar, diga algo incorrecto».

¡Atención! ¡Recuento! Presidio Exilio Desembarco es un libro que se inscribe, perfectamente, en tales presupuestos. Un libro que no solo aclara la historia, sino que también enriquece la historiografía de la nación cubana.  

 

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