Un boniato con tetuán ni los cerdos se lo comen. Lo aseguran científicos y productores, y es un mal antiguo que se ha acentuado. Hoy es difícil encontrarlos totalmente sanos en los mercados agropecuarios, y quienes desconocen esto pierden el dinero una vez que prueban el boniato en sus comidas.
El tetuán es el insecto que más daño hace al cultivo del boniato en Cuba. Las larvas y los adultos se alimentan del tubérculo abriéndole galerías, y sus defecaciones le dan un sabor desagradable que lo hace inservible para el consumo humano y animal.
Aunque el boniato tiene una alta incidencia en la composición productiva, renglones más exigentes o priorizados como la papa, el frijol, el maíz y otros, lo rezagan en las atenciones y áreas de siembra, que casi siempre se hacen sin aplicarles regadío.
Reconozco que a ello se suma la incultura, la ausencia de instalaciones o de interés para el beneficio de los productos agrícolas —lo cual perjudica al bolsillo y a la alimentación de los cubanos—. Sin embargo, hay agricultores que logran la menor afectación y los comercializan sanos y saludables, con un manejo integrado de plagas, que va desde la selección de la semilla, la rotación y preparación de los suelos, el uso de medios biológicos para el control de la plaga, y la cosecha en el momento indicado.
La chapucería y el descontrol se han arraigado en la fase de comercialización de este tubérculo, e incurren en estos tanto los productores como los gestores o compradores de las entidades encargadas de llevarlo al mercado, que no comprueban y exigen su calidad.
Sucede lo mismo con los precios y la calidad. El consumo por la población es el perjudicado, para el turismo y Frutas Selectas hay una exigencia muy superior y son mejor pagados.
Los vendedores o revendedores no siempre reclaman calidad a la hora de comprarle a su abastecedor, y hasta se molestan cuando el consumidor protesta por el precio o porque el boniato está picado.
La presencia del tetuán es evidente. Cuando el tubérculo se encuentra horadado, con canalitas sobre la cáscara o tiene manchas negras, es mejor no comprarlo, pues será imposible comérselo por mucho esfuerzo que se haga por eliminar las partes dañadas.
En nuestro mercado, donde la mayoría de los productos del agro llegan sin beneficios, la única solución al consumidor es, en el caso del boniato, no comprarlo con tetuán o negrojuío, como le dice mi padre.