Juan Carlos Dupuy Núñez no ha tenido una vida tranquila, pero tampoco tormentosa, a pesar de su agitada existencia y el constante ir y venir. Ha ido a llevar a otras tierras luz, amor y esperanza.
El Profe o Dupuy —apelativos a los que responde— siente la satisfacción de haberlo hecho siguiendo el legado humano, solidario e internacionalista del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Eso lo reconforta y le da gracias a la vida por las oportunidades que le ha brindado para servir a América y al mundo desde una profesión que la humanidad tanto necesita.
Tras la conquista de sus sueños
Nació en la ciudad de Santa Clara, provincia de Villa Clara, en el seno de una familia obrera y revolucionaria. Berman Miguel y Clotilde Estrella, sus progenitores, fueron paradigmas desde los que se proyectaron tales inquietudes profesionales y de defensa de la justicia social.
Admiró el desempeño del padre, luchador de la clandestinidad, médico revolucionario, especialista en Medicina Interna y jefe de los servicios médicos del Ministerio del Interior en la provincia de Villa Clara.
“Él siempre nos inculcó las ideas de Martí y de Fidel y los deseos de que alguno de sus hijos continuara por los caminos de las Ciencias Médicas”, dice.
Y se hizo médico…
En el curso 1985-1986 ingresó en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara, en la Facultad de Medicina, y en septiembre de 1992 inició su vida laboral en el Departamento de Laboratorio Clínico, del Hospital Docente Clínico-Quirúrgico Celestino Hernández Roba, de su ciudad natal.
Dotado de un espíritu incansable de superación, su currículo está signado por numerosas acciones de posgrado, eventos científicos, publicaciones, actividades docentes…, pero atesora en un sitio especial el curso de entrenamiento y preparación para enfrentar situaciones de emergencia recibido tras el paso del huracán Katrina por los Estados Unidos, porque marcó un giro en su desempeño y coronó sus sueños internacionalistas.
Médicos para el mundo
Ese fue el embrión para el nacimiento del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, y el doctor Juan Carlos Dupuy Núñez está entre sus fundadores.
De esos días recuerda: “En septiembre del 2005 fuimos convocados para asistir a las víctimas del huracán Katrina que afectó a tres de los estados del sur de los EE. UU.”.
Ante la negativa del Gobierno estadounidense a recibir la ayuda solidaria, la brújula salvadora marcó otros derroteros también necesitados del altruismo de los colaboradores cubanos de la salud.
“Inicialmente cumplimos dos misiones con el Contingente, cuenta, una en Guatemala. Allí permanecí 15 días porque por encargo de Comandante en Jefe retorné a la patria para dirigir la brigada que iba para Pakistán a socorrer a las víctimas del terremoto, donde permanecí desde octubre del 2005 hasta mayo del 2006, y fueron atendidos más de 1 millón 800 mil pacientes”.
Antes había estado en Eritrea como jefe de la misión; y seguirían otros desafíos: Nigeria, Perú y Liberia en la lucha contra el ébola, y en cada país Dupuy y sus colegas dejaron la impronta de los postulados éticos que profesa la Escuela Cubana de Medicina.
En Venezuela
En junio del 2018 llegó a la República Bolivariana de Venezuela. Desde entonces asume la dirección del Centro de Salud Integral Doctor Salvador Allende, y confiesa: “Sentía el deseo, la necesidad espiritual y profesional de venir a Venezuela a prestar mis servicios por la hermandad que nos une a los cubanos con la patria de Bolívar, de Chávez y Maduro.
“Elegí ser médico por la impronta de mi padre para aliviar el dolor ajeno, que me inclina voluntariamente a la ayuda a los seres humanos que padecen del cuerpo y del alma”.
Y eso ha hecho el doctor Juan Carlos Dupuy Núñez en sus casi tres decenios de ejercicio profesional, asistiendo a quienes más lo requieran donde se ha reclamado su presencia.