Lo que sucedió el 22 de noviembre de 1959, en el Caney de Las Mercedes, en el granmense municipio de Bartolomé Masó, trasciende la esfera de lo laboral en el sentido de que no fue únicamente realizar una faena sin recibir una remuneración.
Simbólicamente, fue un acto de unidad de todo el pueblo para construir una nueva Cuba mediante el trabajo en una dimensión diferente porque ya no sería un instrumento para facilitar que unos pocos se enriquecieran mientras a las mayorías les resultaba ajena la riqueza que producían.
A propósito, Alberto Núñez, director de Trabajadores escribió:
Por estos días los trabajadores cubanos se movilizan desde múltiples territorios en función de ofrecer una efectiva respuesta de recuperación ante los daños ocasionados por la tormenta tropical Eta.
El propósito es realizar una contribución en el sector productivo, sobre todo en las tareas relacionadas con la recogida de productos agrícolas presentes en los campos tras el azote del fenómeno meteorológico.
Para ese fin, y también desde el latir de nuestras fábricas y centros de servicios, el movimiento sindical ha organizado de manera racional jornadas laborales extendidas y trabajos productivos que tendrán como colofón el sábado y domingo próximos, cuando se rememorará el primer trabajo voluntario protagonizado por el Guerrillero Heroico, Ernesto Che Guevara, el 22 de noviembre de 1959, en el Caney de las Mercedes, hoy Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, en el municipio de Bartolomé Masó, provincia de Granma
La práctica que comenzó aquel día, y que cumple este domingo 22 de noviembre 61 años, también ha perdurado porque no fue un sencillo acto de desprendimiento en el que una representación del pueblo y otra del Ejército Rebelde trabajaron sin cobrar por ello, sino que se trató de una herramienta formadora de conciencia.
No estaba reducida exclusivamente a la faena no remunerada, sino al trabajo en general, en todas sus modalidades, incluyendo las del los sectores estatal y no estatal, esta última en cualquiera de las denominaciones que se quieran: privado, por cuenta propia, particular…
Es el trabajo en el mismo sentido en que entra en contradicción (fundamental) con el capital, es esa actividad humana que en una sociedad como la que se construye desde el 1ro. de enero de 1959, fomenta la unidad mediante la faena individual o colectiva en bien de todos.
Al reportar Celebrarán avileños aniversario 61 del primer trabajo voluntario convocado por el Che, el colega José Luís Martínez Alejo escribió
La conmemoración que tendrá lugar la próxima jornada dominical, será de elevada significación histórica, pues en campos cañeros cercanos al poblado cabecera nombrado Pina, el Che realizó en 1963 la jornada más larga (15 días) de trabajo voluntario en Cuba, al dejar fundada la mecanización del corte y el alza de la caña, y también participó en el extranjero en la adquisición del equipamiento para la fábrica de levadura torula Alfredo Roberto Pérez González, enclavada en el territorio pinense.
AZT-SC/Reynold dice:
Tremenda fecha para levantar el espíritu de años anteriores, cosas que ya no se hacen y deberían retomarse, ese central está pidiendo caña, se le hizo una inversión millonaria y solo pudo moler un poquito el año pasado, esta será su primera prueba de fuego, pero confiamos en el valor de esos azucareros, a convocar para ese trabajo voluntario a la UJC, los CDR, la FMC y a toda la comunidad cañera que es una gran familia.
El periodista Héctor E. Paz Alomar escribió
El 4 de febrero de 1963, en la colonia La Norma, perteneciente al actual municipio de Ciro Redondo, se vivían instantes de excepción. La tranquilidad del batey cañero se transmutó en polo de continua acción: allí se había establecido el Centro Nacional de Experimentación de las primeras cortadoras y alzadoras de caña mecánicas.
Para la Revolución triunfante, una de las preocupaciones eran los cientos de miles de macheteros que ya iban demandando las Zafras del Pueblo, vitales para la economía de Cuba.
El comandante Ernesto Guevara, entonces al frente del Ministerio de Industrias, entre otras tareas, laboraba con el apoyo de un equipo multidisciplinario en la búsqueda de una solución.
Había visitado la región avileña dos años antes, cuando, en el central Venezuela, conoció la marcha de las adaptaciones y modificaciones que hacían en el taller de pailería del ingenio a tres prototipos de cortadoras cañeras llegadas de forma no oficial; además de probar, en seco, una máquina alzadora continua.
Urgía la humanización. Baste señalar que, según datos del investigador y Maestro de Azúcar Miguel Lima Villar, las Zafras del Pueblo del Camagüey requerían de unos 60 000 macheteros voluntarios, procedentes de distintos puntos de la geografía cubana.
El 31 de diciembre de 1962, regresa a Ciego de Ávila. Ese día, el Ministro de Industrias recorrió varios enclaves de los centrales Patria o Muerte, Ciro Redondo y Venezuela, con el objetivo de comprobar in situ, el avance de los trabajos.
El 3 de febrero de 1963 la tierra avileña lo acoge de nuevo, esta vez, el central Ciro Redondo. Al día siguiente, como conductor de una cortadora mecánica rudimentaria, en las plantaciones cercanas a La Norma, iniciaba la mecanización cañera en la Isla.
Fueron 17 días de duras faenas, continuos desperfectos y roturas de las máquinas, de ajustes, tensiones y reuniones de trabajo. A golpe de voluntad, en lucha contra el asma, el Che iba y venía por los surcos, dominando aquel “caballo de hierro”. La última jornada fue en la colonia Dolores, en la cual mandó para la tonga unas 20 000 arrobas. En total, sumó 137 000.
En resumen: Si histórica es la jornada laboral del 22 de noviembre de 1959, en el Caney de Las Mercedes, en el granmense municipio de Bartolomé Masó, significativas fueron las faenas del 4 de febrero de 1963, en la colonia La Norma, perteneciente al actual municipio avileño de Ciro Redondo.
No solo la antigua provincia de Camagüey llegó a demandar 60 mil macheteros movilizados nacionalmente en brigadas formadas por hombres de los más diferentes sectores, así era en todos los territorios, donde muchas labores habituales podían quedar interrumpidas o mermadas ante la urgencia de improvisar obreros para el corte y alza de la caña.
La efeméride del 4 de febrero marca el inicio de la mecanización cañera en Cuba, un empeño que el entonces ministro de Industrias, el Che, tenía como filosofía para todas las actividades, pero en particular para la producción azucarera por lo que representaba para la economía de la Revolución naciente.
Por eso, desde aquel Año de la Liberación el que trabaja, y trabaja bien, hace revolución.
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