La Cancillería boliviana ratificó en horas de la tarde de este viernes, en un Comunicado Oficial, su firme convicción por la integración y su decisión de reanudar su participación plena como país miembro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Libre Comercio de Los pueblos (ALBA – TCP), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
En el documento publicado en el sitio web oficial de la Cancillería y compartido en sus cuentas oficiales en redes sociales se expresa que “la decisión asumida por el gobierno de transición de suspender la participación de Bolivia en los mencionados espacios de integración, respondieron a intereses meramente políticos, que poco tienen que ver con la vocación integradora del pueblo boliviano” y se recuerda que “los instrumentos constitutivos de estos procesos de integración regional y subregionales fueron aprobados con rango de ley, tal como lo establece la Constitución política del Estado, por tanto, los derechos y obligaciones de Bolivia derivados de estos instrumentos se mantuvieron inalterables durante los últimos años”.
Igualmente se especifica que la participación del país en estos procesos de integración están recogidos en el Artículo 265 de la Carta Magna de la nación que afirma que “El Estado promoverá, sobre los principios de una relación justa, equitativa y con reconocimiento de las asimetrías, las relaciones de integración social, política, cultural, y económica con los demás estados, naciones y pueblos del mundo y, en particular, promoverá la integración”.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores, reafirma su compromiso con la integración latinoamericana como única vía para hacer frente a la crisis sanitaria, económica y ambiental que atraviesa actualmente nuestra región”, concluye el documento firmado este viernes en La Paz.
Un sentimiento de esperanza fluye en los bolivianos por la reanudación de la participación de Bolivia en ALBA, CELAC y UNASUR, grandes procesos de integración latinoamericana. https://t.co/C4jmeBgX9X
— Rogelio Mayta Mayta (@RogelioMayta_Bo) November 20, 2020
Durante el proceso electoral que concluyó el pasado 18 de octubre, el entonces candidato por el MAS-IPSP, Luis Arce, había anunciado la voluntad de volver a ser parte activa de estos mecanismos de integración de los cuales – dijo – Bolivia no debió haber salido nunca. Luego, en su discurso de toma de posesión, Arce reconoció que Bolivia es una nación soberana con un gobierno nacido en las urnas y que en el país todos debían vivir sin miedo, sin amenazas, sin racismo, sin presiones de ninguna naturaleza – ni internas ni externas – y abogó por un mundo multipolar, sin intervencionismos ni alineamientos, con plena igualdad sin ninguna forma de subordinación.
Reivindicó también la integración Sur – Sur, el papel de la CELAC, la importancia de la UNASUR y ratificó la Declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz al enaltecer las banderas de la diplomacia, un mundo sin muros y pidió firmemente “poner fin a todo aquello que nos impida reconocernos como hermanos”.
En las primeras semanas de gobierno, tanto el presidente boliviano como el canciller recientemente nombrado, han estado reuniéndose con personal diplomático acreditado en el país, recibiendo Cartas credenciales de nuevos embajadores y retomando las relaciones diplomáticas con países como Irán y Venezuela, a los que también el gobierno golpista le había cerrado las puertas de forma violenta.