“Más de 300 millones de trabajadores han perdido sus empleos, aumenta la precarización de los existentes y se desconocen las prestaciones sociales, generando un futuro incierto ante la contracción de la economía mundial”, denunció Ulises Guilarte De Nacimiento, secretario general de la CTC, ante los participantes en el Encuentro Mundial de la Plataforma Obrera Antimperialista, organizado desde Caracas los días 12 y 13 de noviembre.
Según TeleSur, al evento virtual asistieron 61 delegaciones; entre todas sumaron más de 300 representantes de naciones como Australia, EE. UU., Nigeria, Chile, Singapur, India, China y otras que luchan contra las secuelas que han dejado en sus economías la aplicación de políticas neoliberales. Guilarte grabó y envió su mensaje, pero se vio impedido de acceder directamente al espacio creado en Zoom para el Encuentro, pues entrar a esa plataforma digital está vedado para la Mayor de las Antillas por las leyes del bloqueo estadounidense.
“Desde Cuba continuamos construyendo un proyecto social socialista, soberano e independiente. El bloqueo económico, comercial y financiero que se nos impone carece de justificación política, jurídica y moral, además de continuar siendo el principal obstáculo para nuestro desarrollo”, dijo.
“La CTC rechaza y condena las agresiones violatorias del derecho internacional que hoy recibe el pueblo venezolano y sus trabajadores. Admiramos su heroica resistencia y convicción en la victoria. Tenemos el desafío de una dura batalla contra un enemigo poderoso, donde resulta estratégico consolidar la unidad dentro de la diversidad, fortalecer los espacios que tenemos creados y construir los consensos que articulen con mayor integridad los diferentes interlocutores sociales de la izquierda latinoamericana y mundial”.
El representante de la clase trabajadora cubana recordó que el pasado día 30 de octubre se celebró el XX aniversario del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, “expresión del renacimiento del sueño de Bolívar y Martí de hacer de Nuestra América una Patria Grande, visionaria decisión de los Comandantes Chávez y Fidel para fortalecer los lazos de amistad entre nuestros dos países, promover y fomentar el progreso de sus respectivas economías y desarrollar las ventajas recíprocas de una cooperación”.
Ratificó “la firme e inconmovible solidaridad con la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, con su Revolución y con el presidente Nicolás Maduro Moros. Al defender su justa causa defendemos también la dignidad y la integración de América Latina y el Caribe”.
El también miembro del Buró Político del Partido y del Consejo de Estado reconoció que el mundo se encuentra en un momento “complejo y de tensiones crecientes ante la ofensiva de acciones injerencistas, amenazas y guerra económica ejercida por el Gobierno estadounidense contra numerosos países de la región. A ello se une el impacto devastador por la extensión de la pandemia COVID-19, que ha hecho más visible y aterrador a la real e inhumana esencia de la política neoliberal que antepone sus intereses económicos a la voluntad política de potenciar los servicios de salud para salvar millones de vidas humanas”. Por ello es preciso “continuar articulando la lucha contra el imperialismo”, pues “solo los que luchan y resisten tienen derecho a triunfar”.
Con ese fin nació la Plataforma Obrera Antimperialista, propuesta del presidente Nicolás Maduro durante el I Encuentro de Trabajadoras y Trabajadores celebrado entre el 29 y 31 de agosto del 2019 en Caracas. La idea fue constituir un comité especial para organizar un evento mundial de movimientos obreros y sindicales en el que se discutiera la creación de un espacio de lucha común contra el neoliberalismo que permitiera unificar fuerzas. La iniciativa recibió el respaldo de los asistentes al Encuentro Mundial Antimperialista, por la vida, la soberanía y la paz, realizado entre el 22 y 24 de enero del año 2020, también en la capital venezolana.
La página web de la vicepresidencia de Venezuela destaca, entre las conclusiones del evento clausurado el sábado, el apoyo mundial a los pueblos que luchan contra el neoliberalismo, la ratificación del derecho de la República Bolivariana a defender su soberanía, y el reconocimiento a las victorias electorales del Movimiento al Socialismo en Bolivia y del plebiscito promovido en Chile para reformar la constitución heredada de los tiempos del dictador Augusto Pinochet.