Impactar en la comunidad, crear iniciativas desde las academias que contribuyan al desarrollo local y promover cambios son algunos de los objetivos que persigue el proyecto Impala, iniciativa que recibe financiamiento de la Unión Europea.
La Universidad de Camagüey (UC) Ignacio Agramonte Loynaz junto a la Agraria de La Habana, la de Villa Clara y la de Holguín son los centros educacionales que participan en dicho proyecto por Cuba, junto a otras homólogas de Colombia, Panamá y cuatro naciones europeas.
Según explicó la agramontina Yailé Caballero Mota, coordinadora de Impala en la UC, este trabajo contribuye “a medir los impactos de nuestra universidad en un entorno local, regional y nacional. Ayuda a que desde todas las especialidades de la educación superior se pueda influir en el desarrollo local”.
En noviembre de 2018 se aprobó la iniciativa que se extenderá por tres años, pero al verse afectado por la actual pandemia, recibieron una prórroga de un año.
Es en ese sentido que la casa agramontina organiza talleres de diseminación, donde reunió a líderes de diferentes proyectos locales para mostrarles cómo evaluar impactos en la comunidad y cómo desarrollar ideas nuevas que tengan como principal benefactor al entorno que le rodea.
Por ahora en Camagüey se gesta un proyecto piloto que busca, como señaló Caballero Mota, fortalecer la formación académica de los profesores para elevar las competencias del claustro, pero otras ideas como la creación del parque tecnológico en la Universidad de Holguín, son otros ejemplos de lo que se puede hacer.
Impala contribuye a la preparación de los profesores cubanos gracias al asesoramiento de especialistas de Bélgica, España, Portugal e Italia. Además destaca entre más de 80 experiencias de casi 60 universidades del mundo, como una de las mejores prácticas de internacionalización entre universidades iberoamericanas.