Con la presencia de los jefes de Estado de España y varios países latinoamericanos, cancilleres, delegado de los Emiratos Árabes Unidos, así como representantes de organizaciones internacionales como Parlasur, el ALBA-TCP, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Cuerpo Diplomático acreditado en Bolivia, tuvo lugar en la mañana de este domingo, la toma de posesión del presidente electo de esa nación, Luis Arce Catacora.
En la sede de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, donde se vio ondear nuevamente junto a la Bandera Nacional, la Wiphala representativa de los pueblos indígenas originarios – que había sido ultrajada y retirada por el gobierno golpista – se desarrolló una ceremonia sencilla pero emotiva, aunque desde horas de la noche anterior las calles de la Paz se colmaron de personas provenientes de muchas regiones del país para festejar la nueva etapa que se abre a partir de este día.
En las palabras iniciales como vicepresidente del país, David Choquehuanca, exhortó a sus hermanos y hermanas bolivianas a la integración, la hermandad, la unidad, el respeto entre todos, también a la Madre Tierra y a la soberanía de los pueblos.
Dijo que los bolivianos debían superar la división, el odio, el racismo, la discriminación entre compatriotas. “Ya no más persecución a la libertad de expresión, ya no más judicialización de la política, ya no más abuso del poder. El poder tiene que ser para ayudar, el poder tiene que circular, se tiene que redistribuir, tiene que fluir”.
Choquehuanca aseguró que debe hacerse justicia y que no habrá impunidad ante lo mal hecho, ante lo que violentó el país y que debe ponerse fin a la intolerancia, a la violación de los derechos humanos y de la Madre Tierra, pues el nuevo tiempo deben ser capaces de escuchar el mensaje de los pueblos, de los corazones, “sanar heridas, reconstruir la patria, construir hermandad, armonía, esperanza, para garantizar la paz y la felicidad para las nuevas generaciones. Solo así podemos alcanzar la paz para el vivir bien”.
Una Bolivia mejor es posible
En su mensaje al pueblo boliviano, el nuevo presidente Luis Arce, dedicó sus primeras palabras a sus ancestros, a los caídos en 2019, a los héroes del pueblo que recuperaron la democracia y al propio pueblo, calificando este día como “histórico”.
Rememoró que a partir del 10 noviembre de 2019, después de 21 días en los que se escamoteó la voluntad popular en las urnas, Bolivia fue escenario de una guerra interna contra el pueblo y sobre todo contra los más humildes: se sembró muerte, miedo y discriminación, se recrudeció el racismo y se usó la pandemia para prorrogar un gobierno ilegal e ilegitimo, así como la persecución y la criminalización desatada por el régimen contra dirigentes del MAS y los movimientos sociales se tradujo en muerte, perseguidos y exiliados.
Arce aseguró que los actos del nuevo gobierno no estarán nuca impulsados por el odio, sino por una pasión por la justicia y que este 8 noviembre de 2020 se inicia una nueva etapa en la historia, pues se gobernará para todas y todos sin discriminación de ninguna naturaleza.
Dijo que se trata de reconstruir la patria en unidad para vivir en paz y en ese este camino la democracia es un valor fundamental y se expresa de manera inequívoca en la voluntad de la población, en el derechos a elecciones abiertas, justas, donde participan todos y todas sin exclusión, en la protección de los derechos civiles y políticos como libertad de expresión y participación, en el pluralismo que fue mutilado por un gobierno de facto con el que se intentaba proscribir no solo al MAS, sino al pueblo en su conjunto.
“Se nos llamó salvajes, sediciosos, terroristas, se humilló a las mujeres, se quemó la wiphala, que es como quemar las raíces. Se quería una democracia solo para unos pocos. Levantaban la bandera de la democracia solo cuando les conviene y cuando no recurren a la desestabilización, la violencia, el golpe de estado para hacerse del poder”, denunció Arce.
Precisó también que algunos grupos quieren volver a la democracia excluyente de la mayoría, dejando a un lado a quienes, con el esfuerzo de su trabajo, hacen a Bolivia mejor. “El 18 de octubre obtuvimos una histórica victoria con más de 55%. Somos Mayoría”, señaló, y que eso quiere decir que la población de Bolivia votó por la paz, la estabilidad la esperanza y dignidad, por el reencuentro entre todos y todas. Ese no es de Arce y Choquehuanca, es el voto de conciencia de un pueblo que no quiere libertad, bienestar y alegría para unos cuantos, sino para todos.
En su discurso de toma de posesión, Arce destacó que la democracia debe ser también la materialización de los derechos contenidos en la Constitución política del Estado y que de nada sirve esta si el pueblo está privado de derechos como el de la salud, la educación, la vivienda, por lo que su gobierno profundizará en la redistribución de los ingresos, los bonos, reducir la pobreza y la desigualdad, principios que guían el modelo comunitario productivo que se retomará.
Reconoció que Bolivia se ha visto afectada por tres crisis: la política, la sanitaria, la económica, que en un año se retrocedió en todas las conquistas del pueblo boliviano y que han querido echarle toda la culpa a la pandemia pero eso no es correcto, pues la crisis se venía conformando desde el golpe de Estado y ahora la economía nacional está en medio de una recesión profunda tras lo cual paso de liderar el crecimiento de la región suramericana a tener el mayor decrecimiento de los últimos 40 años.
“Tenemos el gran desafío de reconstruir economía, redistribuir el ingreso, reducir la desigualdad. Estamos seguros que trabajando junto al pueblo lograremos una vez más superar las adversidades”, ratificó.
Luis Arce envió un mensaje de esperanza para todos los que conforman Bolivia, reiterando que el vivir bien de todos y todas las boliviana debe ser el único objetivo, al dar continuidad a una economía plural y diversa, que permita la recuperación e informó que se han planificado acciones que dinamicen la economía cumpliendo el compromiso de campaña por el pueblo “porque día que se pasa sin tomar acción, día que se pierde”.
“Estamos en la obligación de estar a la altura del pueblo que demanda unidad, paz y certidumbre”, expresó el presidente boliviano y abogó por poner fin al miedo, creer en la justicia y apoyar el esfuerzo de institucionalidad del Estado y la creación de un ambiente donde los únicos que deben temer sean los infractores.
Confirmó además, que su gobierno estará orientado al presente y el futuro, siguiendo al pueblo, a los intereses colectivos, no los mezquinos e individuales.
Referido al ámbito internacional, Arce resaltó que Bolivia es una nación soberana con un gobierno nacido en las urnas, donde todos deberán vivir sin miedo, sin amenazas, sin racismo, sin presiones de ninguna naturaleza, abogando por un mundo multipolar, sin intervencionismos ni alineamientos y por la plena igualdad sin ninguna forma de subordinación. Reivindicó la integración Sur – Sur en un mundo globalizado, el papel de la CELAC como la mejor vía para que los países de la región latinoamericana y caribeña se unan por una causa y ratificó la Declaración de Paz firmada en La Habana en 2014.
Defendió la importancia de la UNASUR como mecanismo para reencontrarnos todos y enalteció las banderas de la diplomacia de los pueblos por la vida y en un mundo sin muros, y pidió poner fin a todo aquello que nos impida reconocernos como hermanos.
Dijo sentir mucha emoción pero un enorme sentido de responsabilidad que nace del amor a la Patria, a las raíces y al pueblo y prometió honrar lo prometido durante la campaña electoral, al asumir la presidencia con humildad, honra, agradecimiento, gobernando con responsabilidad e inclusión, representando a todas y todos, y que espera ser recordado por liderar a un pueblo que se Lévano para recuperar la paz, la unidad, la igualdad y la justicia social.
Visiblemente emocionado, Arce dijo que ha sentido el dolor y la esperanza de millones por todas las regiones del país que transitó y que son un pueblo luchador, perseverante y valiente que mira al frente con optimismo y sin miedo.
“Levanto mis ojos y veo que una Bolivia mejor es posible con la participación y el trabajo de todos y todas las bolivianos. Caminemos en paz. Vamos a salir Adelante. Honor y gloria al pueblo boliviano”, concluyó.