Jorgelis Pérez Ortiz tiene 31 años y aunque estudió Comunicación Social y se graduó con honores, al adentrarse en la carrera supo que no era lo que ejercería. Fue así que su hobby de Herrero-Soldador pasó de ser pueril diversión a entretenimiento enriquecedor.
«Me di cuenta que era una rama difícil no sólo por la carencia de proveedores, también porque reciclar me lleva más tiempo del que quisiera… Buscar por ahí un pedazo de hierro botado hace que a veces no termine a tiempo una cama, estante de cocina o un esquinero. Además, por lo general, y al ser desechos, hay que pulirlos, desarmar y transformar».
Sin embargo, y según mi entrevistado comenta, fue gracias a su afiliación al Sindicato Nacional de Trabajadores de Industrias que conoció cómo puede vincularse a entidades interesadas en sus fabricaciones, con quiénes un
contrato le brindaría recursos y ahorraría tiempo de trabajo.
Puertas adentro, en lo que pudiera ser una suerte de contraparte para Jorgelis, la Empresa de Materias Primas en el territorio, también rinde sus cuentas. Ante el secretariado provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Santiago Ruiz Reyes, director de esa entidad argumenta que la necesidades de la propia actividad que realizan les obligaron a estudiar su responsabilidad para con los trabajadores no estatales que contemplan sus actividades.
«Los resultados arrojan que no todos los que poseen licencias están inscritos en la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), en tanto muchos no se dedican realmente a la actividad, usándola para «legitimar» otra de carácter ilegal. Después de esas evaluaciones hoy la empresa sólo trabaja con quienes realmente se dedican a esa tarea».
Con dicho estudio y apegado a su enfoque integral, poseen registrados mediante mapas geográficos quiénes son los recolectores y mayores generadores, en tanto por consejos populares identifican a los cuentapropistas según su grado de generación de desechos.
«Una vez registrados evaluamos el contrato con esos trabajadores. En este proceso son importantes los directores de nuestra empresa en cada municipio, de conjunto con sus gobiernos, en aras de recabar apoyo donde existan potencialidades y capacidad generadora».
«Tal vínculo siempre autorizará y dará prioridad a los cuentapropistas, los cuales no descartamos que cambien de estatus laboral o puedan ser empleados en la propia entidad avalados por su aporte al incremento de nuestros niveles de recuperación», aseveró el directivo.
Aunque para Jorgelis todavía no es tan expedito tal camino, considera que el panorama cambiaría respecto a la posibilidad establecida en la relación contractual con la entidad a la que se vincule, la cual también le proporcionaría instrumentos para moldear el hierro: guantes, caretas u otros adecuados.
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En ese sentido, los criterios de seguridad y salud en el trabajo que tanto preocupan a quienes laboran en actividades vulnerables como soldadores, chapisteros y otros expuestos a riesgos por sus maniobras poseen también otro ente encargado de velar y chequear, para que «su cuerpo no se cargue de sustancias tóxicas» como dice Jorgelis.
Referente a este tema analizado una y otra vez en las reuniones ordinarias del secretariado provincial de la CTC esboza el miembro de esa instancia Erit Robinet Ávila:
«Después de que en diciembre de 2018 se aprobaran un conjunto de normas para regular el trabajo privado, se definieron las responsabilidades a todos los niveles (Decreto Ley 356/2018) y se crearon los Grupos Multidisciplinarios dentro de los que la CTC actúa como algo más que una estructura aseguradora de interconexiones. Por eso insistimos en cada rendición de cuentas con sindicatos y directivos de entidades a su integración y cumplimiento de sus funciones dentro de ese sistema. Hoy en la provincia ya implementan ese vínculo todos los organismos, pero sólo manifiesta una mejor implicación y respaldo con sus cuentapropistas, el Sindicato de Industrias».
Guantánamo contabilizaba al concluir el año 2019 unos 15 mil 717 cuentapropistas en la provincia, y de ellos más de nueve mil sin vínculo alguno con instituciones o empresas estatales. Proporciones que de seguro bien valoradas obtendrían mejores cuentas al impacto de la fuerza laboral autónoma en la economía y el desarrollo local.
Como es natural unas entidades hacen más y otras menos, pero a la postre se abre un camino para insistir en la necesidad de información y capacitación oportuna, un lindero despreciado e ignoto las más veces, por los propios trabajadores no estatales.
Sirva para socorrer su asunción a la ley, el orden o simplemente hacer las cuentas que beneficien a todos.