El cambio climático amenaza con ocasionar graves impactos en África, donde el aumento de las temperaturas y del nivel del mar, así como la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos diversos, atentan contra la salud y la seguridad de millones de personas, la disponibilidad de agua y de alimentos, y también contra el desarrollo socioeconómico del continente.
Así se recoge en el informe “Estado del clima en África 2019”, elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) con la participación de otras entidades, y divulgado el pasado lunes por la citada agencia de Naciones Unidas.
El documento señala que las temperaturas africanas de las últimas décadas se han elevado a un ritmo algo más rápido que el promedio de la superficie del planeta. El 2019 fue uno de los tres años más cálidos jamás registrados en el continente, y se espera que esa tendencia continúe.
Gran parte de África ya se ha calentado más de 1 grado centígrado (ºC) desde el año 1901, con más olas de calor y días calurosos. La predicción es que entre el 2020 y el 2024 haya un calentamiento continuo; y que en las dos últimas décadas de este siglo extensas áreas del continente superarán los 2 ºC por encima de los niveles preindustriales.
Según el reporte —que se actualiza anualmente—, la subida del nivel del mar en las costas orientales africanas supera los cinco milímetros por año, por encima de la media global de entre tres y cuatro milímetros; y apunta que por esa causa, un 56 % de las costas de varios países de África Occidental (como Senegal o Costa de Marfil), se están erosionando de forma acelerada.
El estudio también predice “efectos devastadores en la producción de cultivos y la seguridad alimentaria”. En ello incidirán las sequías, las inundaciones y las plagas, que afectarán un 13 % del rendimiento agrícola en África Occidental y Central, un 11 % en el norte del continente y un 8 % en el este, vaticinándose efectos especialmente adversos en los cultivos de arroz y trigo.
La investigación recuerda que en el 2019 el continente sufrió desastres climáticos como el ciclón Idai, que causó cientos de miles de desplazados en países del sureste (Mozambique, Zimbabue, Malawi, Madagascar), mientras el Cuerno de África y el Sahel padecieron diversas inundaciones, fenómenos extremos ambos que afectan directamente tanto a la población como a la economía.
Asimismo, señala que el calentamiento climático provocará también un aumento de las enfermedades, como por ejemplo la malaria, a consecuencia de que los mosquitos portadores de este mal cada vez pueden vivir en zonas más altas del África Oriental.
En el informe se calcula que los efectos económicos adversos que el calentamiento global provocaría en África podrían suponer un recorte de entre el 2,2 y el 12,1 % del producto interno bruto (PIB) continental si la temperatura media sube entre uno y cuatro grados, con efectos más graves en la zona ecuatorial.
Al presentar los resultados de la investigación, el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, recordó que en los últimos meses África también se ha visto afectada por plagas de langostas del desierto, y señaló que ahora podría sufrir sequías por la influencia del fenómeno La Niña; y apuntó que el costo humano y económico de estos fenómenos y otros desastres se ha visto agravado por la pandemia de la COVID-19 que hoy azota al planeta.
“El cambio climático —advirtió el titular de la OMM durante su presentación— está afectando cada vez con más intensidad el continente africano, golpea con más fuerza a los más vulnerables y contribuye a la inseguridad alimentaria, al desplazamiento de poblaciones y la presión sobre los recursos hídricos».
Cabe significar aquí que los resultados de la investigación servirán para orientar las medidas que deben adoptarse a fin de alcanzar los objetivos de la Agenda 2063 de la Unión Africana, según el comunicado de prensa divulgado en su página web principal por la Organización Meteorológica Mundial.
(Con información de páginas web de la OMM, Efeverde y SigloXXI)