La elección de Cuba para volver a integrar el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU resultó un espaldarazo al prestigio de la Mayor de las Antillas en la materia, a su contribución internacionalista con países necesitados y, a todas luces, una contundente derrota a la campaña difamatoria de Estados Unidos, otra vez aislado entre la comunidad internacional.
Fueron 170 votos los que decidieron el reconocimiento a Cuba, e igual número de países que no se dejaron intimidar por Washington y sus declarados propósitos de denostar contra la Revolución cubana, un proceso que en sí mismo revolucionó el respeto y la universalización de los derechos humanos en en el archipiélago y otras latitudes.
Cuba está en el CDH de la ONU durante el período 2021-2023, y lo hará por quinta ocasión, lo subrayó el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez en su cuenta en Twitter.
Cuba elegida por quinta ocasión como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. A pesar de las mentiras y patrañas imperiales, el mundo reconoce a #Cuba, le admira y respeta por la firmeza de sus convicciones y su ejemplo.Contundente victoria #Somos🇨🇺#SomosContinuidad pic.twitter.com/Yj673yTTd8
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) October 13, 2020
La elección reconoce la contribución decisiva de La Habana en la consolidación de un enfoque de cooperación y diálogo constructivo en los trabajos de la maquinaria de derechos humanos del organismo multilateral, resaltó a su vez la representante permanente alterna de Cuba ante la ONU, Ana Silvia Rodríguez.
La diplomática cuestionó la actitud del Gobierno de Estados Unidos, que intenta desacreditar a su país cuando es responsable de varios de los abusos y violaciones de derechos humanos más brutales y mejor documentados de la historia reciente.
Es el primer y único país que ha utilizado deliberadamente armas atómicas contra civiles inocentes; y usó el Agente Naranja contra el pueblo vietnamita, escribió en su cuenta en Twitter.
Recordó que la potencia norteña se retiró del Consejo de Derechos Humanos porque ya no puede utilizar ese órgano a su antojo para criminalizar a otros Estados mediante la manipulación y sesgos políticos discriminatorios.
Mientras el pequeño país caribeño vuelve a entrar al CDH, Estados Unidos practica una política aislacionista al retirarse además de la Organización Mundial de la Salud, cuando es más necesaria su contribución y participación para enfrentar la pandemia provocada por el nuevo coronavirus.
Antes Washington huyó por la puerta trasera del Acuerdo de París y abandonó todo compromiso con el esfuerzo mundial frente al cambio climático, cuyas secuelas ponen en peligro la vida planetaria.
Cuba es miembro fundador del Consejo de Derechos Humanos, creado en el 2006: tuvo un escaño en dos períodos consecutivos hasta diciembre del 2012, y después ocupó un asiento durante otros dos períodos consecutivos más (2014-2016 y 2017-2019).
Ahora comenzará su nuevo período en enero próximo, con la decisión de trabajar para asegurar el pleno respeto a los principios de universalidad, indivisibilidad, objetividad, no politización y no selectividad en las labores del órgano.
Igualmente, desde su escaño defenderá un orden internacional basado en inclusión, justicia social, dignidad humana, comprensión mutua y promoción y respeto de la diversidad cultural.
El curul y el voto de Cuba será en defensa de los justos reclamos de los pueblos, y promoverá el derecho al desarrollo, a servicios básicos como la educación, la salud, contra la discriminación racial y la xenofobia.
Son estos principios y actuar los que explican el apoyo del 88 % de los Estados participantes en la votación que tuvo lugar el 13 de octubre en la sede de la ONU en Nueva York.
La nota del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba enfatiza que la nación tiene méritos más que suficientes para integrar el CDH, entre estos la erradicación del analfabetismo, la educación universal y gratuita, los altos estándares alcanzados en materia de salud, de empoderamiento de las mujeres, y de construcción de una sociedad con equidad y justicia social, sin discriminaciones.
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Pero también detrás de la votación está el rol desempeñado por la Mayor de las Antillas en ese órgano de la ONU.
En tal escenario Cuba presentó resoluciones sobre el derecho a la alimentación, los derechos culturales y la diversidad cultural, y los efectos de la deuda externa en el disfrute de los derechos humanos, en particular los derechos económicos, sociales y culturales, entre otros.
“Nuestro país es parte de 44 de los 61 instrumentos internacionales de Derechos Humanos, cuyo cumplimiento reporta a la Organización de Naciones Unidas”, significó en la ocasión el canciller Bruno Rodríguez.
Sobran las razones entonces. Cuba es referente en el respeto y promoción a los derechos humanos y eso lo reconoce el mundo. Washington, entre tanto, rumia su derrota.
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