Clareaba el día por el horizonte y ya los tabacaleros estaban sobre el suelo bien delineado en surcos, depositando las posturas de tabaco que, luego de más de cien labores agrícolas, comenzarán a cosechar en hojas.
Es una obra divina que atesoran productores consagrados a esa faena, curtidos por la experiencia de sus ancestros y acompañados por las novedades científicas, que han sabido combinar perfectamente para lograr mayor calidad y rendimiento.
Y siempre es el 10 de octubre, al cumplirse un nuevo aniversario del inicio de las gestas liberadoras, cuando campesinos y obreros se inclinan ante esa planta autóctona, que se convirtió en embajadora de Cuba por el mundo.
Un producto genuino y único que enamora hasta a los más rancios fumadores del orbe, quienes en febrero le hacen gala, durante el Festival del Habano, repetido por más de dos décadas y al cual, ni el bloqueo de Estados Unidos ha podido detener.
En las 23 empresas comprometidas con la campaña, se iniciaron las plantaciones, y entre todas tienen previsto ocupar alrededor de 25 mil hectáreas, en un proceso agrícola donde participan cientos de tabacaleros.
En Pinar del Río, la provincia de mayor producción del país, sembrarán cerca de 20 mil hectáreas, en las mejores tierras que se conocen en todo el mundo para esta producción. Allí, en el occidental municipio de San Juan y Martínez, está la Meca del Tabaco. Los del oriental municipio holguinero de Calixto García, donde se renueva este sembradío, se cubrirán unas 400 hectáreas.
En Cuba, la naturaleza ha logrado la combinación perfecta y única de suelo y clima, y apoyada por la selección cuidadosa de las variedades de tabaco negro cubano, las habilidades y el amor que los trabajadores sienten hacia sus faenas labor, hacen que sea reconocida como la tierra del mejor tabaco del mundo.
Coincidiendo con los preparativos de esta campaña 2020-2021, cerraron las actividades de la anterior, en la cual se logró un 103 % de cumplimiento del acopio de hojas previsto, lo que demuestra el esfuerzo desarrollado por los productores, quienes enfrentaron las limitaciones de financiamiento y de recursos impuestas, como nunca antes, por el bloqueo norteamericano. A ello se suman las difíciles condiciones asociadas a la Covid-19, pandemia que azota al mundo.
La preparación de esta campaña comenzó desde principios de abril, con la contratación con las bases productivas y productores, la capacitación a los especialistas, técnicos, supervisores y productores con las estrategias de mejoramiento de suelo y fertilización; la fitosanitaria, donde juegan un papel primordial los productos biológicos; la composición varietal, sobre todo, para consolidar los conocimientos sobre las nuevas tecnologías que cada año se introducen, reconoce el Grupo Tabacuba en una nota informativa.
Destaca también el papel del Instituto de Investigaciones del Tabaco, soporte fundamental en la aplicación de la ciencia y la innovación tecnológica en el cultivo del tabaco, y agrega que ha dado mantenimiento y reparado la maquinaria agrícola y sus implementos, los equipos de riego y las instalaciones de cura.
Todas las áreas de tabaco tapado y de la variedad Virginia, que tributarán al Proyecto Brascuba, para la producción mecanizada de cigarrillos, se sembrarán con posturas logradas en túneles y con semillas peletizadas, una nueva tecnología que se consolida en el país.
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