Quedarse quieto y ver como todo se detiene por una rotura nunca ha sido una opción para Alfredo Basulto Espinosa. Graduado de Ingeniería Eléctrica y Máster en Sistema Eléctrico en Potencia, este agramontino, desde que llegó a la Empresa Eléctrica Camagüey, específicamente a la UEB Centro de formación y desarrollo, se ha dedicado totalmente a innovar.
“Siempre ha estado en mí lo de investigar, explica Alfredo. No puedo ver un problema sin resolver; eso no lo concibo, por lo que siempre estoy buscando la manera de solucionar las cosas o de ayudar a otros.
“Desde el 2000 aproximadamente me propuse hacer innovaciones, y tanto me gustó, que desde entonces, y casi todos los años, he presentado trabajos en el Foro de ciencia y técnica, y en eventos nacionales. Esa no fue mi meta inicial, solo quería aportar ideas y resolver los problemas con los que se encuentra la empresa a la hora de ofertar un mejor servicio al cliente».
“Porque lo cierto es que en nuestro trabajo son disímiles las problemáticas que surgen a diario producto del bloqueo de los Estados Unidos, y la falta de recursos que genera esto. Y continuamente hay que aplicar ingenio, esfuerzo y tiempo para revertirlos”.
Hace unos meses a la Empresa comenzaron a llegar quejas de la población que alegaban que ciertas luminarias públicas y otros equipos hacían interferencia en la señal de la televisión. Detectar qué elementos influían en esto se convirtió en una piedra en el camino que puso a Alfredo a pensar.
“La calidad de la energía —comenta— y la detección de los equipos contaminantes es algo que desde hace rato urgía a la entidad. Y es que al estar impedidos por el bloqueo económico de comprar equipos como debe ser, a veces los adquirimos por terceros países y sin la certificación apropiada».
“Aunque los dispositivos sean modernos y ahorrativos no garantizan total eficiencia, ya que muchos pueden generar ruidos en la redes eléctricas y traen problemas asociados. Esto significa que dentro de una red pueden aparecer equipos que trabajan en una frecuencia alta y distinta a la de la red general, lo que provoca una disminución de la vida útil de otros equipos, e interferencias en las señales de radio y televisión».
“Era preciso diseñar un equipo que permitiera detectar al contaminante de la red. A inicios de año lo logramos, pero luego decidimos que era obligatorio también hacer un estudio más específico, por lo que requeríamos de un adaptador de impedancia de red que nos ayudaría a medir equipos de forma independiente, incluso antes de ponerlos en la red y definir la máxima transferencia de voltaje».
“En el mercado internacional los venden por cifras superiores a las 2 mil 750 libras esterlinas, sin contar la importación de este. No podíamos costearlo. Así que aunque se alejaba de los conocimientos eléctricos y se iba más hacia la electrónica, nos pusimos a estudiar para diseñar uno».
“Y lo hicimos y le incorporamos, además, características nuevas que permiten ver cómo reacciona un equipo con otro común y dentro de la red”.
Para Alfredo esta innovación fue algo grande, porque, como dice, ya contamos con uno bien criollo y con más prestaciones. Pero en su currículo, hay más. En el último año también diseñó un software que humaniza los cálculos del pago de los linieros y una aplicación informática que logra aunar un grupo de datos necesarios tras el paso de una tormenta tropical, y facilita el trabajo en medio del caos. Además de que agiliza la toma de decisiones, los movimientos de brigadas y recursos hacia lugares prioritarios y logra reducir en un 28 % el tiempo de recuperación.
Varios han sido los premios que agradecen su inventiva, pero, para Alfredo, quien recibió en la actividad central por el Día del Innovador en Camagüey la distinción Estrella de El Mayor, solo son motivos para seguir trabajando; pues “un innovador es una persona que no se detiene y busca constantemente que los problemas se resuelvan, que mejore la calidad del servicio y que las producciones se mantengan activas”.
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