Vinnie Molina es el presidente de la Sociedad de Amistad Australia-Cuba en la ciudad de Perth, y acumula una larga trayectoria como dirigente sindical en esa isla continente.
Según me contó, comenzó a laborar a los siete años en un pequeño taller de carpintería perteneciente a su familia y por las tardes asistía a la escuela primaria.
“Estuve como carpintero en varias fábricas de gabinetes de cocina y muebles en mi ciudad de Perth, en Australia occidental.
“Me incorporé al sindicato que agrupa a los trabajadores de la construcción, forestales, minería y energía (CFMEU, por sus siglas en inglés) en 1998 y posteriormente a un programa impulsado por la Central Australiana de Trabajadores, que tenía como objetivo atraer a jóvenes, mujeres e inmigrantes al movimiento sindical.
“He ocupado la responsabilidad de organizador del sindicato desde entonces.
“En este país hay dos tipos de leyes laborales, una aplicable a todos los trabajadores y una especial para la construcción. El sindicato ha sido multado y ha tenido que pagar millones de dólares por el simple hecho de representar a sus afiliados y defender el derecho a la seguridad laboral y las condiciones básicas protegidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”.
¿Por qué su acercamiento estrecho y solidario con Cuba?
En primer lugar, el haber nacido en Latinoamérica (Guatemala) y conocer a fondo la realidad de nuestros países hizo que me acercara a Cuba desde que tengo uso de razón. Su nación ha sido muy solidaria con nuestros países sin esperar nada a cambio.
Siempre nos hemos sentido orgullosos de la Revolución cubana y el ejemplo que nos emana de la lucha por la independencia y la soberanía. Además, hemos aprendido lo que es posible alcanzar en el socialismo. El acceso universal a la educación y la salud es maravilloso. Comprendemos el gran sacrificio del pueblo cubano por defender el derecho a la autodeterminación y su lucha en contra del bloqueo criminal impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos.
Recuerdo cuando visité la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam) como parte del programa de trabajo de la brigada Cruz del Sur que organiza la Sociedad de Amistad con Cuba en Australia y Nueva Zelanda. Allí pude observar el gran número de jóvenes latinos y de otros países preparándose en esa noble profesión a la que muchos no tienen acceso en nuestras naciones debido a la privatización y al carácter elitista de la educación.
Otro elemento importantísimo ha sido la solidaridad de los médicos cubanos, quienes han prestado servicios en casi todos los países de América Central y del Sur. Nosotros apoyamos la candidatura de la Brigadas Médicas Henry Reeve para el Premio Nobel de la Paz 2021.
Mi trabajo como dirigente sindical de la construcción me ha permitido que mi amor por Cuba pueda materializarse en la solidaridad.
¿Quiénes integran la Sociedad Australiana de Amistad con Cuba?
Es una organización nacional con representación en casi todas las ciudades de Australia. Está integrada por trabajadores y en general por personas solidarias provenientes de muchos sectores de la vida de este país.
Son casi 40 años ya dedicados a estrechar la amistad entre los pueblos cubano y australiano.
En mi ciudad de Perth la Sociedad se formó en abril de 1994. En ella coincidimos personas de todas partes, algunos latinos, pero principalmente australianos. He sido el presidente de la Sociedad de Amistad con Cuba en Perth desde 1996.
¿Cuáles son las actividades principales que realizan?
Las que permiten estrechar la amistad entre los pueblos cubano y australiano. Nos concentramos en combatir la guerra mediática de desinformación y presentar una visión concreta y real de la realidad cubana. La Sociedad se pronuncia en contra del bloqueo y por años hemos estado demandando su cese frente al Consulado estadounidense el día 17 de cada mes del año. De esa misma forma lo hicimos durante la lucha por la libertad de los Cinco Héroes.
Qué significación tiene para usted el otorgamiento de la Medalla de la Amistad?
Fue un honor muy grande que me tomó por sorpresa en el 2015. Realizaba una visita por el Primero de Mayo, invitado por la Central de Trabajadores de Cuba y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, y recibí el mensaje de que el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos me otorgaría una condecoración. No sabía bien en ese momento que se trataba de la Medalla de la Amistad, la que solamente tienen unas cuatro o cinco personas en Australia. Me llenó de mucho orgullo, más aún cuando fue Antonio Guerrero, uno de los cinco luchadores antiterroristas, quien me la entregó en acto solemne. Significa un compromiso más para seguir adelante.
Quiero aprovechar esta entrevista para agradecer a Cuba por toda su solidaridad con tantos pueblos del mundo, incluida Australia. Su país ha enviado profesores a través del programa Yo Sí Puedo a lugares apartados de Nueva Gales del Sur y al Territorio del Norte para enseñar a leer y escribir a los pueblos originarios, los cuales fueron despojados de la tierra y continúan abandonados.
