Desde hace un año Juan Daniel Torres Duret decidió unir lo útil con lo agradable y trocó en pródigo sembrado lo que era un basurero en los alrededores de su edificio, ubicado en la demarcación del Consejo Popular Haydée Santamaría, de la ciudad santiaguera.
No tenía otra pretensión que la de erradicar la suciedad que amenazaba la salud de la comunidad y con ello, de paso, bajar los costos de los productos agrícolas que llevaba a casa.
Este militar retirado, devenido campesino, jamás pensó andar enrolado en una fraternal batalla con otros vecinos en favor del autoabastecimiento familiar, intercambiar semillas y gestionarlas hasta por teléfono, poner en acción la creatividad ecológica para combatir ciertas plagas, y mucho menos ser protagonista de donativos alimentarios destinados a personas vulnerables de su demarcación, tal y como ha ocurrido ya en dos ocasiones.
“Es que solo son unos 200 metros cuadrados, en secano y trabajados con instrumentos rústicos, pero cuando se le pone interés las cosas salen bien”.
Variedades de plátano, yuca, maíz, boniato, berenjena, quimbombó, ají de cocina y ensalada, ñame, calabaza, tomate, habichuela, plantas medicinales y otras se disputan espacio en el conuco de Juan Daniel, quien ahora multiplica las horas entre la atención a los cultivos, a las estructuras de base que tiene a su cargo como coordinador de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de la zona 669 de la comunidad Petro Casas, y como miembro no profesional del secretariado municipal de dicha organización.
El movimiento popular Cultiva tu pedacito, que los CDR en el país han asumido con loables frutos, fue según este santiaguero estímulo para un mejor quehacer en favor de la agricultura urbana, suburbana y familiar.
“Aquí nos unimos varios vecinos en emulación fraternal y el resultado es muy favorable: se aprovechan los espacios que antes eran del marabú o la basura, reverdece el entorno, se refuerza la alimentación en casa e igualmente la de aquellas personas a las que hacemos donativos, a la vez que se fortalece la vigilancia, pues nos organizamos para cuidar los sembrados…
“Creo que en el futuro todo esto se consolidará, mucho más con la asesoría especializada de un representante de la agricultura. En nuestro Consejo Popular ya suman 120 los patios o parcelas insertadas en el movimiento cederista y otros 500 pronto se sumarán”.
Y tiene razón Juan Daniel en sus apreciaciones, que también se hacen realidad en otras tantas localidades.
Basta caminar por Santiago de Cuba para ver la “furia” con la que se planta aquí y allá, lo mismo en una vieja palangana en el balcón de un edificio de 18 plantas, en canaletas sobre las azoteas, o a ras del suelo, en el más insospechado rincón urbano o suburbano.
Sin duda, a voz en cuello, muy parecido al pregón, en Santiago de Cuba se escucha que es posible la siembra en cualquier pedacito de tierra. Así lo anuncian en los más de 14 mil CDR de toda la provincia.