Out 27: Estadios vacíos, alma llena

Joel García León

hace 4 años

¡Arriba, vamos, que no ha pasado nada!, ¡hay dos outs!, ¡corre fuerte, corre fuerte!, ¡muy bien, repíteselo que no la vio!, ¡mucha inteligencia ahora, no regales nada!… Esas frases y muchas más son posibles escuchar hoy en cualquiera de los estadios en que se está jugando la 60 Serie Nacional de Béisbol, donde se añoran los aplausos de los aficionados, sus cantos o coros de apoyo y las iniciativas para alentar una victoria.

El estadio Julio Antonio Mella, de Las Tunas. Foto: István Ojeda

Pero la temporada actual de béisbol es atípica. Los jugadores tienen que incluso separarse más tiempo de la familia y cada tres días someterse a exámenes clínicos para evitar algún brote de la COVID-19 que detenga o ponga en peligro la campaña. Y aunque algunos cuestionaron la necesidad de celebrarla en medio de esta situación de pandemia, una inmensa mayoría apostó a ella y en 12 jornadas todos los protocolos sanitarios han sido cumplidos, sin reportarse ningún caso.

Es cierto que un espectáculo deportivo sin público es como una fiesta sin cake, y mucho más en Cuba, donde no hay interés comercial o publicidad en las transmisiones ni se ganan millones por otros contratos; sin embargo, nuestra pelota está pasando la prueba de jugar con gradas vacías para llenar el alma de quienes la ven por televisión, la escuchan por la radio o simplemente están al tanto de lo que pasa con su equipo de preferencia a través de las redes sociales, periódicos o sitios digitales.

¿Es agradable o fácil jugar a solas, como si fuera un tope amistoso? Por supuesto que no, pero la sana rivalidad, el deseo de ser campeón y sobre todo la oportunidad de brindar una dosis de alegría y felicidad al territorio que representa cada equipo, tras casi siete meses de restricciones físicas y afectivas, deben ser resortes para que los jugadores se sientan acompañados en los encuentros, aunque solo fotógrafos, periodistas y comentaristas funcionen como fieles espectadores.

¿Cuánto puede incidir eso en el rendimiento deportivo y el aspecto psicológico? No existe estudio aún sobre ese tema, pero en las ligas profesionales de fútbol, baloncesto, béisbol, hockey, etc., de todo el mundo no se aprecia relación con esos factores. Eso sí, el sentido afectivo y el reconocimiento puntual a un buen fildeo o un jonrón con bases llenas se extraña y mucho.

La rivalidad no está reñida con la soledad de un estadio. Foto: István Ojeda

¿Era imprescindible este esfuerzo y gastos por el béisbol? La pasión que despierta nuestro deporte nacional por más de un siglo, tenerlo hoy como una opción más de entretenimiento en casa —hasta con tres partidos diarios—, y estar fogueando a quienes en marzo venidero deberán buscar una clasificación olímpica, son apenas tres razones. Y en cuanto al dinero, la Federación Cubana financia casi todos los recursos importados a partir de los contratos de jugadores en otras ligas.

Todo lo dicho hasta aquí no quita que puedan instrumentarse algunas ideas para contrarrestar la soledad de par de equipos y un cuerpo de árbitros sobre el terreno. Músicas entre inning, aplausos grabados para celebrar los jonrones de ambos equipos, conferencias de prensa transmitidas por la radio y siempre que se pueda por la televisión o redes sociales, así como colocación de banderas o estandartes en las gradas, son perfectamente posibles.

¡No lo dejes que llegue, hazle contacto!, ¡arriba, hay dos fuera!, ¡vamos, trae esa, tírale para arriba!, ¡muévete a la izquierda que él batea por ahí!… son frases que siempre han existido en un juego. Ahora las sentimos más cerca y confiamos que cuando pase todo este mal momento de pandemia, el aplauso será enorme y respetuoso también para los protagonistas de la 60 Serie Nacional. Se lo merecen.

Resultados del 27 de septiembre

Estadio José Antonio Huelga