El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba genera hoy el rechazo de la mayoría de la comunidad internacional, como demuestran múltiples reclamos hechos en el debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU.
Al finalizar la sesión del sábado, el primer ministro y canciller de Siria, Walid Muallem, condenó la política estadounidense de bloqueo económico y financiero contra Cuba y Venezuela, así como la injerencia en los asuntos internos de dichos Estados.
El titular, en su alocución en video ante el mayor organismo de Naciones Unidas, recalcó que deben respetarse los derechos soberanos de esas naciones.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Belarús, Vladimir Makei, pidió detener “las guerras comerciales, las sanciones financieras y económicas arbitrarias como instrumento de presión política”.
La aplicación de esos instrumentos “asfixiantes” de presión sobre los Estados soberanos, incluso sin mirar la situación con la pandemia de la COVID-19, conlleva una amenaza especial y está plagada de consecuencias irreparables, subrayó Makei en su mensaje en video.
Belarús rechaza enérgicamente la práctica de cualquier medida coercitiva unilateral en las relaciones internacionales, dijo, y señaló además que un ejemplo sorprendente de tales acciones durante varias décadas es el bloqueo comercial, financiero y económico de Estados Unidos a Cuba.
Desde el inicio del debate general en ONU, el pasado día 22, líderes de numerosas naciones del mundo reclamaron en sus intervenciones virtuales ante el plenario de la Asamblea el fin de ese cerco impuesto por Washington a Cuba.
Altos dignatarios de Costa Rica, Venezuela, Surinam, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Bahamas, San Cristóbal y Nieves, y Trinidad y Tobago demandaron acabar con el bloqueo estadounidense a la mayor de las Antillas.
También levantaron sus voces contra ese mecanismo países de África como Kenya, Namibia, Burkina Faso, Guinea Ecuatorial, Santo Tomé y Príncipe, Guinea Bissau, Chad, y Lesoto; pequeñas naciones de Oceanía como Tuvalu, Nauru e Islas Salomón; y Estados de Asia como Timor Leste, Vietnam, y Laos.
A la par con la condena al bloqueo, los oradores también han reconocido en la ONU la tradicional solidaridad internacional practicada por la isla caribeña, particularmente meritoria por ser Cuba un país pequeño y subdesarrollado, y padecer limitaciones de recursos debido al severo cerco establecido por Washington.
Como ejemplo actual y elocuente de esa solidaridad, se destaca el envío de médicos del Contingente cubano Henry Reeve a 39 países para combatir la pandemia de la COVID-19 que hoy azota al planeta, motivo por el cual —unido a la humanitaria labor desplegada desde su fundación en el 2005—, la entidad está nominada al Premio Nobel de la Paz.
Cabe apuntar que durante 28 años consecutivos, a partir de 1992, la Asamblea General de la ONU ha aprobado una resolución que condena el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, y pide su fin.
Pese al llamado de la comunidad internacional, la actual administración estadounidense de Donald Trump ha recrudecido el cerco y adopta nuevas medidas para dañar la economía de la isla, además de atacar con saña la cooperación de los profesionales de la salud cubanos. (Con información de PL y ACN )