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A debate: El sindicato, aliado imprescindible

Ampliar a los no estatales las puertas de la exportación significa abrir más la entrada de recursos financieros para mantener e incrementar la producción y los servicios en beneficio de todos. (Viñeta periodística: Alfredo Martirena Hernández)

Los trabajadores no estatales tie­nen ante sí una gran oportunidad y a la vez un desafío: la posibilidad de exportar e importar.

Ello requiere sin duda de una fuerte preparación para ser competitivos en el mercado in­ternacional. Algunos no estatales habían estado creando condicio­nes para cuando se les abrieran esas puertas, para otros es un ca­mino inédito. Todos son trabaja­dores que requieren en este nuevo quehacer el acompañamiento del movimiento sindical.

La CTC y sus sindicatos han acumulado experiencia en la atención de los no estatales. Más del 73 % de ellos están organiza­dos y sindicalizados en sus res­pectivos sindicatos ramales. No obstante, en momentos en que ganan mayor protagonismo en la economía, hay que seguir insis­tiendo en la afiliación como pri­mer escalón de influencia y aten­derlos a todos, porque el sindicato tiene la misión de defender sus derechos y garantizar que cum­plan sus deberes.

Se ha insistido siempre en que la organización sindical renue­ve sus métodos de trabajo con los acogidos a estas modalidades de empleo cuya labor reviste carac­terísticas muy diferentes a la del sector estatal. Ahora resulta más necesario que nunca desterrar la burocracia y el formalismo, acer­carse a ellos de manera más crea­tiva, a la par de profundizar en el contenido y la forma de represen­tarlos.

Las normas jurídicas reciente­mente aprobadas que respaldan la facultad de las formas de gestión no estatales para exportar e importar, mediante empresas estatales espe­cializadas en el comercio exterior, han dado respuesta a planteamien­tos originados en el XXI Congreso de la CTC.

No basta con su aprobación; es preciso que se conozca su conteni­do por los encargados de hacerlas cumplir, por lo cual la organiza­ción sindical en coordinación con el organismo rector correspon­diente han convocado a los afilia­dos a una preparación en la que están involucrados, entre otros, las juntas directivas e integran­tes de las cooperativas no agro­pecuarias (CNA), que es donde se presentan más inquietudes y pro­blemas.

Es una vía de aclarar dudas recurrentes como las que aún per­sisten sobre qué se puede impor­tar, por ejemplo, los constructores en relación con el cemento, cómo realizar esta actividad; el Banco es uno de los más nombrados dentro de los principales planteamientos formulados por los socios de las CNA, en lo referido a la entrega de los créditos, las cuentas bancarias, el pago a estos trabajadores que laboran en las embajadas, cuestio­nes todas requeridas de respuestas para poder avanzar.

Dicha preparación tanto de los organismos rectores como de la organización sindical debe con­vertirse en un sistema, mediante el cual se puedan atender y solu­cionar a tiempo las dificultades y de ese modo las partes estén en condiciones de ejercer su papel de manera efectiva en esta tarea que forma parte de la estrategia de la nación para impulsar la economía en el complejo contexto nacional e internacional actual.

Es importante que los sindica­tos nacionales velen porque fluyan armónicamente las relaciones en­tre las formas de gestión no esta­tales y las empresas especializadas encargadas de facilitar sus nego­ciaciones con el extranjero, para salirles al paso a tiempo a las in­comprensiones, trabas o mecanis­mos burocráticos.

Las circunstancias cambian y obligan al movimiento sindical a transformar la mentalidad y ac­tuar proactivamente ante este uni­verso nuevo que se ha abierto a un sector laboral creciente en el país. No es nada fácil pero los tiempos lo reclaman.

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