“Cuando me pidieron mi disposición para venir a Venezuela sentí mucho orgullo y mucha alegría de que contaran conmigo para cumplir esta misión tan importante de ayudar a salvar vidas humanas, tan amenazadas hoy por la pandemia. Para eso me formé”, afirma resuelta Anisleydis Robaina Hernández, especialista en Medicina General Integral.
Porque ha venido por voluntad propia a ejercer la profesión que eligió, la jovencita pinareña está consciente de los peligros que acechan por la difícil situación epidemiológica del país, pero no esquiva su responsabilidad, “nos explicaron los riesgos que correríamos; no obstante, estamos dispuestos a cuidarnos y a darlo todo por la salud y la vida de nuestros hermanos”.
Lo afirma en nombre de sus 75 colegas, quienes hicieron la travesía La Habana-Caracas y completan los 636 médicos recién llegados y ocupados ya de enfrentar al nuevo coronavirus en los consultorios populares en comunas de los Estados de Miranda, La Guaira, Distrito Capital y Zulia, donde responden a los planes del gobierno de Nicolás Maduro Moros encaminados a robustecer la atención primaria de salud ante la contingencia sanitaria.
¿Tiene algún significado para ti que sea, precisamente, Venezuela?
“Claro que sí”, enfatiza y afirma: “Venezuela para nosotros es como decir Cuba, es una hermana nación con la que siempre hemos tenido una relación muy estrecha, con raíces históricas.”
¿Sabes que vas a trabajar en los consultorios populares ubicados en las comunidades donde viven las personas más vulnerables y la situación epidemiológica es más riesgosa?
“Sí, eso nos explicaron bien y es lo que más me alienta a trabajar duro, porque sé que voy –vamos- a llegar a poblaciones que quizás no tengan otra manera de acceder a los servicios de salud gratuitos y de calidad, y para eso estamos aquí, para acercarles nuestras atenciones y acompañarlas en estos tiempos de pandemia.”
¿Qué significa para ti que te hayan confiado esta misión?
“Es un orgullo que mi país, el Gobierno y los hermanos venezolanos confíen en nosotros, por eso vamos a poner todas nuestras fuerzas para trabajar bien como vencedores de la muerte frente a esta pandemia de la que, estoy segura, saldremos victoriosos.”
¿Y los temores?
“Siento un poquito de miedo, porque es mi primera misión, pero estoy aquí, fuerte, decidida y con el apoyo de mi familia, que me da mucho aliento, sé que voy a cumplir la misión que me han encomendado”, confiesa sin sonrojos y sin el menor síntoma de arrepentimiento.
¿Algún mensaje?
“A mi familia, amigos y colegas en Cuba que no se preocupen y que se cuiden mucho, yo también me cuidaré y regresaré con la misión cumplida.”
No hay dudas, el colectivo del policlínico Pedro Borrás, en la ciudad capital de la provincia de Pinar del Río, está bien representado en la Patria de Bolívar, porque Anileydis es un vivo ejemplo de los principios solidarios y humanistas que distinguen la formación de los profesionales de la salud en la Escuela Cubana de Medicina.
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