Uruguay, Cuba y la América Latina toda rinden homenaje hoy al gran Mario Benedetti, en el centenario de su nacimiento. Poeta, dramaturgo y periodista, constituye una de las voces esenciales de la literatura latinoamericana del siglo XX.
Integró la célebre Generación del 45 junto a otros grandes escritores como Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti.
Fue uno de los más prolíficos autores uruguayos: publicó más de ochenta libros de poesía, teatro, cuentos y artículos periodísticos.
Y fue —y sigue siendo— uno de los más populares poetas de la lengua. Lo singular es que esa popularidad nunca se sustentó en concesiones. Gustaba porque hablaba de las pequeñas y grandes cosas de la vida con una diafanidad, una sencillez y una belleza ejemplares. Pero esos textos eran además piezas de gran vuelo estético y calidad formal.
Benedetti era también un maestro del cuento, del texto teatral y del periodismo militante. Fue referente intelectual indiscutible de la izquierda latinoamericana.
Su posición firme en contra de las dictaduras del cono sur latinoamericano y su defensa de los movimientos sociales del continente lo convirtieron en víctima de persecución. Pero también en voz y símbolo de millones de oprimidos.
A mediados de los años setenta se exilió en Cuba, país que amó y respetó como una segunda patria.Es ampliamente reconocida su labor en Casa de las Américas en favor de la cultura latinoamericana. Regresó muchas veces para visitar a sus amigos, participar en convocatorias o sencillamente leer sus poemas ante cientos de admiradores. Todos sus libros publicados en Cuba fueron sucesos; las tiradas se agotaban rápidamente. De hecho, sigue siendo un autor de culto para muchos.
Mario Benedetti falleció el 17 de mayo de 2009 en Montevideo, Uruguay. Tenía 88 años y una obra contundente. Murió disfrutando del mayor privilegio de un poeta: que los suyos fueran versos compartidos por millones.