En el mes de mayo, la ciudad de Maracaibo, Estado de Zulia, se convirtió en el epicentro de la Covid-19 en Venezuela. Un foco detectado en el mercado Las Pulgas, que albergaba entonces a más de 20 mil trabajadores informales, establecidos y de economía popular, en un área de 37 mil 92 metros cuadrados puso en tensión a las autoridades del país.
Ante la urgencia epidemiológica, la solidaridad de Cuba no se hizo esperar y brigadas del Contingente Ernesto Che Guevara, constituido para atender la contingencia sanitaria, compuestas por colaboradores de otros Estados con panorama higiénicamente menos comprometido y predominio juvenil acudieron solícitas al enfrentamiento.
Ya son siete los colectivos que han desafiado –y otros todavía desafían- allí al Sars-CoV-2, las altas temperatura de esa región -rondan los 40 grados centígrados- y otras adversidades climatológicas para defender la vida frente a la amenaza real de este patógeno que puede ser letal.
Los 40 miembros de las brigadas 6 del Contingente (médicos especialistas en Medicina General Integral, enfermeros y técnicos de laboratorio clínico) retornaron recientemente a sus Estados de origen y “todos sentimos una gran satisfacción por haber cumplido con esta honrosa misión”, asegura el joven granmense Ramiro Estará Alba, tecnólogo de la Salud al frente del colectivo.
Cuenta que haber frenado el auge del SARS-CoV-2 y cambiado la difícil situación epidemiológica que reclamó su actuación es el mayor premio al esfuerzo y la entrega del grupo, que durante 40 días plantó frente al peligroso patógeno: “Ya no hay tantos casos positivos confirmados, ni tanta incidencia de propagación”, enfatiza.
Persecución letal al coronavirus
Refiere que el principal propósito fue erradicar los brotes epidémicos que había en la ciudad de Maracaibo, la Tierra del Sol Amada, como denominan a la metrópoli que este 8 de septiembre celebró sus 491 años de fundada.
Santiago Marrero Urgellés, un médico santiaguero fue el coordinador del trabajo, y refiere que con ese objetivo y conjuntamente con las autoridades únicas de Salud se desplegaban desde temprano en la mañana por todas las parroquias, “donde montábamos un laboratorio para detectar oportunamente a personas con síntomas de Infecciones Respiratorias Agudas para seguir el protocolo establecido.
“A los positivos se les tomaban muestras para la PCR y se aislaban, con lo cual contribuimos a contener la propagación. El resto del personal se desplazaba por las calles, casa a casa, junto con los líderes comunitarios”.
Remarca que siempre se movían con los medios de protección imprescindibles y cumpliendo las medidas de bioseguridad, por lo que ninguno enfermó, aunque estuvieron siempre muy cerca del contagio, “realizamos, cuenta, 91 mil 121 pesquisas, y recolectamos 275 muestras para PCR. Se confirmaron oportunamente más de mil 500 pacientes positivos al nuevo coronavirus”.
El retorno triunfal
Después de la cuarentena, retornaron a sus actividades habituales dentro de la honrosa misión internacionalista que cumplen en los Estados de Aragua, Carabobo, Falcón, Guárico y Yaracuy; y, “dispuestos a asumir cualquier otra tarea”, ratificaron en el acto de homenaje organizado por la Oficina de Atención a las Misiones Sociales y la dirección de la Misión Médica de Cuba en Venezuela.
Pero el regreso no significa que el desamparo domine en esas parroquias, pues un grupo de 75 especialistas en Medicina General Integral, recién llegados desde Cuba ocuparon ya sus puestos para continuar consolidando la respuesta solidaria en la batalla contra la pandemia.