Cuando en reunión, que sostuvo el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez con científicos cubano, el doctor José Fernando Martirena Hernández, director del Centro de Investigación y Desarrollo de Materiales (Cidem), institución perteneciente a la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV); enfatizó en la existencia de materias primas, tecnologías y, sobre todo, capital humano, para emprender proyectos, los que le conocemos sabíamos que detrás de esas palabras una nueva idea estaba al fraguarse.
Martirena, voz autorizada por su extraordinaria experiencia científica con aportes prácticos, encontró solución a un problema urgente del país: garantizar las tizas para el inicio del curso escolar a partir de utilizar materias primas nacionales como el carbonato y el yeso, y con ello sustituir su importación. Afortunadamente la institución científica cuenta con estrechos vínculos de trabajo con la Geominera del Centro, colectivo Vanguardia Nacional. Ambas —Cidem y Geominera— emprendieron la idea.
Al respecto el director de dicha entidad, ingeniero Jesús Abad Vigoa, recordó: «Formamos parte del proyecto de producción de cemento de bajo carbono; iniciamos la producción de materiales de la construcción con una máquina conformadora de bloques en colaboración con el Cidem y ahora esta idea. La Geominera en este caso, además de gestionar la materia prima, aporta los trabajadores, a su vez los investigadores de la UCLV están contratados para supervisar este y otros procesos. Las dos entidades durante los últimos meses han dedicado esfuerzos para tener éxito en esta tarea», puntualizó.
El Cidem es el creador del cemento de bajo carbono, más barato y resistente que los tradicionales, comenzaron la producción de extensores para el cemento Portland, con el propósito de ser utilizado en las fachadas de los edificios del Malecón de La Habana, así como laboran en una fórmula autocompactante con los aditivos producidos por el Ministerio de la Construcción para lograr que los embalses, en los que se usaron losas prefabricadas unidas entre sí por juntas de baja impermeabilidad, se hermeticen con el objetivo de evitar la pérdida de volúmenes considerables de agua.
La Geominera del Centro ha demostrado durante los últimos años la valía de la empresa estatal socialista. Entre sus resultados sobresalen el crecimiento y diversificación de la producción, la recuperación de la zeolita para su uso en la industria de fertilizantes y la agricultura, además el carbonato para la producción de pienso. Es destacable la elaboración de materiales de la construcción. En tal sentido produjeron 61 mil metros cúbicos de áridos, 162 mil bloques, 3 mil 300 toneladas de cemento mortero, 174 mil litros de pinturas, el pasado año.
Tizas hechas por la oportunidad y la necesidad
Para hacer realidad este proyecto se unieron dos factores que lo hacen perdurable: la necesidad y la oportunidad; la integración ha jugado un papel determinante.
Según varias indagaciones en Cuba en algún momento se elaboraron tizas, pero sin sistematicidad, de manera aislada y ocasional, además nunca cubrió la demanda del sistema educacional del país. La regularidad era adquirirlas, primero desde los países del desaparecido campo socialista y luego de China.
Las circunstancias epidemiológicas actuales impiden su importación, producirlas en Cuba requirió de empeño. Algo imprescindible estaba del lado de la idea: la materia prima fundamental para la elaboración de ellas es el yeso, existente en las formaciones geológicas cubanas. Con este conocimiento se localizó el mineral, pero era necesario establecer su comportamiento, evaluar parámetros como blancura, pureza, composición química y tiempo de fraguado, entre otros.
Luego se identificaron los yacimientos: Punta Alegre, en Ciego de Ávila, Canasí en Matanzas y un tercer depósito con acumulaciones industriales de yeso en Salinas Bidos, en el municipio de Martí y una cuarta posibilidad en el yacimiento Baitiquirí en Guantánamo, que no se explotará para este fin, según afirmó el ingeniero geólogo René Prieto, director de la unidad empresarial de base de Geotecnología.
En este momento la ciencia jugó un papel aglutinador al que se refirió el doctor Yosvani Díaz Cárdenas, subdirector del Cidem: «Ha sido un trabajo marcado por la integración a partir de pensar entre todos. Se contó con la tecnología que aportó el proyecto de colaboración que existe desde el 2007 entre el centro investigativo y el proyecto Hábitat de la Agencia Suiza de Cooperación para el Desarrollo (Cosode. Intervienen además otros especialistas de la UCLV», precisó.
La licenciada Elaine Rodríguez Contreras, integrante del Centro de Química Aplicada de la casa de altos estudios villaclareña, apuntó su experiencia: «Analizar el mineral es un momento importante, en particular determinar el porciento de pureza, el cual ha sido alto en todos los casos y además modelar las proporciones de la mezcla para su adecuado fraguado. Hemos evidenciado las cualidades positivas del mineral y su factibilidad para la elaboración de este imprescindible medio de enseñanza», detalló.
La planta cuenta con una zaranda para beneficiar el material donde se eliminan las impurezas con que llega de la mina; un mortero en el que se realiza el proceso de trituración, un molino que conforma la masa, la estufa deshidralizadora para el secado, y la máquina conformadora desde moldes; los cuales fueron confeccionados por la Inpud Primero de Mayo.
«Estamos purificando el mineral, beneficiario es imprescindible para que la tiza sea de buena calidad, si le queda arena rayan las pizarras, con este proceder se evita que eso suceda, algo muy molesto para los educadores. Hemos aprendido de toda. No crea todo tiene sus especificidades», explicó un obrero mientras cernía a un ritmo continuo el mineral que llega de la mina.
«Está previsto que funcionen seis máquinas con capacidad de elaborar 16 mil unidades diarias cada una de ellas. Se estudian las posibilidades de ahorro energético de esta tecnología para ponerlos en práctica y lograr mayor eficiencia. Esta es una oportunidad de empleo para el colectivo, es un renglón estable y necesario; siempre habrá demanda», explicó el licenciado Gilberto Alba Bermúdez, director de la unidad empresarial de base (UEB) Producciones Mecánicas de la Geominera, encargado también de realizar el montaje y desarrollar el flujo productivo.
Haber incorporado este renglón entre las producciones nacionales significa mayor soberanía al sistema educacional cubano, implica no depender de la importación de este insumo, así como da la posibilidad de utilizar el monto que se dedicaba para adquirirlo en otros muy necesarios para el propio sector.
Cuando los maestros cubanos las utilicen comprobarán su calidad, de la que puedo dar fe: se deslizan con facilidad, el trazo es compacto y firme; cualidades que aprecié cuando en el pizarrón, que sirve de prueba, escribí la frase tizas nuestras.
Efectivamente, ya en el período revolucionario, se produjeron TIZAS en Cuba y fueron utilizadas durante algún tiempo, pero eran MUY DURAS, casi no ¨marcaban¨ la pizarra de cualquier tipo, fuera de HULE o de ¨cemento¨(Fabricadas en la misma pared del aula, como abundan en muchas instalaciones docentes, ¨pintadas¨ de verde, que se ¨despindécada ta¨ con el uso).
Nunca supe dónde se fabricaban en nuestro país.
Posteriormente se importaron de Viet Nam, que eran buenas.
La mejor forma de utilizar las TIZAS CUBANAS de aquella época, creo que a finales de la década de los años sesenta o principios de los setenta, era introducirlas en agua en agua casi durante una noche y después secarlas al sol. Así se ¨ablandaban¨ y sus trazos se ¨fijaban¨ mejor en las pizarras.
Ahora estoy convencido que se harán las investigaciones necesarias para que las nuevas tizas cubanas no se produzcan ¨duras¨ ni ahora en la fase experimental ni después en la PELIGROSA fase de su producción industrial, cuando pueda fallar el CONTROL DE LA CALIDAD en las materias primas y en el proceso industrial, seguro que no!
CUALQUIER DOCENTE DE LA TERCERA EDAD, PUEDE DAR FE DE LO QUE AFIRMO.
Los mayores deseos de éxitos!