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La fórmula de una empresa vanguardia (+Fotos)

Cuando de sacrificios y entregas incondicionales se habla, hay que mencionar a los trabajadores de la unidad empresarial de base Camagüey de la Empresa de Construcciones de la Industria Eléctrica (ECIE). Ellos se encargan de la transmisión, operación y del mantenimiento de las líneas de 220 kilovoltios (kV), las que permiten el flujo de la electricidad.

 

La reparación y el mantenimiento constante de sus torres caracterizan a la ECIE en Camagüey. Foto: Gretel Díaz Montalvo

 

Y aunque se saben necesarios, no se regodean, más bien muestran un orgullo sincero por sentirse útiles, por estar presentes cuando un ciclón destruye torres o, en tiempo récord, ser los que reparan lo casi irreparable.

En los últimos años esa característica los ha hecho destacar entre sus homólogas y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) les ha conferido la bandera de Vanguardia Nacional en tres ocasiones.

Para ellos, como alega Mario Antonio Vera Licea, director de la UEB, es solo un premio que aplaude “lo que hacemos cotidianamente. Aquí no nos sentamos a esperar los recursos, nosotros mismos levantamos oficinas o el muro perimetral que protege nuestras unidades. El plan de mantenimiento se cumple al pie de la letra y la calidad es nuestro lema, porque reparar para que se rompa enseguida no es ser eficientes”.

Eficiencia

El director de la UEB asegura que la bandera de Vanguardia Nacional los impulsa a seguir siendo eficientes. Foto: Gretel Díaz Montalvo

La ECIE agramontina cuenta con dos centros de operaciones, uno ubicado en la cabecera provincial y otro en Nuevitas, al norte. Con unos 210 trabajadores la entidad se encarga de atender 896 estructuras de 220 kV, para unos 386 kilómetros de líneas, la segunda del país con mayor cantidad.

Según comenta Vera Licea, en los últimos cinco años han modernizado las tres subestaciones camagüeyanas para cumplir eficientemente su cometido. “El equipamiento está remodelado y rehabilitado; y el plan de mantenimiento, no obstante tengamos insumos deficitarios, se cumple.

“Nuestros hombres siempre buscan alternativas y por eso no tenemos interrupciones ni afectaciones al cliente”, señaló el directivo.

La atención al trabajador constituye factor esencial, ya que como explica Leonel Martínez Acevedo, especialista principal de Recursos Humanos, “ellos son el motor impulsor”. El salario promedio del pasado año ascendió a unos mil 225 pesos, un número alto; la estimulación moral también se aplica.

Los medios de seguridad y protección, así como la entrega de uniformes de presencia se garantizan, además de la atención diferenciada en la alimentación a los más de 110 obreros que laboran directamente en la producción.

 

Entrega

En el centro de operaciones ubicado en las afueras de la ciudad de Camagüey se encuentra una de las subestaciones y buena parte del corazón de la UEB. Allí radican dos brigadas de linieros, el taller de transporte, el almacén central, un área de elaboración de alimentos, y los hombres de mantenimiento.

 

Los carros de la entidad son reparados y recuperados en el taller, donde choferes y mecánicos trabajan de conjunto para alistarlos lo más urgente posible. Foto: Gretel Díaz Montalvo

 

Cada cual tiene sus funciones, pero todos ayudan en lo que haga falta. Desde hace unos meses Miguel Cordero Castañeda, por ejemplo, no ha manejado su carro; sino que junto a los del taller ha engrasado, ha cambiado bandas de freno, rodamientos… ha inventado de todo para que ya casi esté como nuevo su equipo, que presentaba un marcado deterioro de 30 años de explotación.

Allí todo vehículo que entra sale en mejores condiciones. Y bien lo sabe Osmel Constantín Mola, el pintor del taller. “Es una satisfacción ver cómo quedan luego que uno les pasa la mano. No estarán nuevos, pero sí bien reparados y pintados. Nosotros tenemos una ley que es la de ahorrar y reciclar para poder recuperar la mayor cantidad de equipos. Las lijas, por citar un caso, no siempre hay, así que no las botamos y si no tenemos mucha pintura mezclamos lo que tengamos para hacer un buen trabajo de terminación”.

“Este es un buen colectivo. No hay divisiones y se hace lo que sea necesario. Ahora mismo estamos inmersos en la construcción de la tapia del centro que son varios kilómetros y quienes están apoyando son los de la brigada de mantenimiento y algunos linieros. Esa colaboración es lo que nos caracteriza y nos permite mostrar los resultados que tenemos”, cuenta Vladimir Huerta Cachón, jefe del centro de operaciones de transmisión de energía.

Foto: Gretel Díaz Montalvo

A los jóvenes que llegan igualmente se les inocula ese amor al trabajo. Para Hugo de Armas Cánovas, especialista B en Redes y Sistemas y quien en sus 26 años ya dirige la brigada de partes primarias de la subestación, fue un tanto complejo adaptarse, ya que era muy diferente lo aprendido en las aulas y lo que se veía en el campo. “Era todo muy distinto, uno ve los problemas en la transmisión y las otras soluciones que se pueden buscar. Pero es algo que encanta porque trabajar en un centro estratégico te hace tener tremenda responsabilidad y no se puede tomar a la ligera”.

 

Éxito

El cerebro de la subestación es uno de los puntos que más se cuida, como alega Pablo García Oms, jefe de dicha unidad. Cada 12 horas los 10 hombres que laboran en panel de control regulan las lecturas, velan por el correcto movimiento de los interruptores.

 

En el panel de control de la subestación dos hombres cada 12 horas se encargan del cuidado del cerebro de la subestación camagüeyana. Foto: Gretel Díaz Montalvo

 

“Cualquier problema aquí afectaría la transmisión de electricidad en la provincia, por lo que el mantenimiento es esencial”, asegura García Oms.

Según explicó el joven Hugo los ciclos de mantenimiento marcan el ritmo en el centro. “Las importaciones de piezas y equipos están cada vez más limitadas, por lo que si cuidamos cada cosa garantizamos una vida útil mayor y una reducción de gastos”.

“El plan de mantenimiento, añade García Oms, lo conformamos de acuerdo a lo que constantemente ven los celadores, quienes periódicamente deben revisar los equipos. Usualmente nos enfocamos en cambios de tornillería para evitar el robo de angulares, o de las suspensiones.

“Y hace unos años nos apoyamos en la digitalización para controlar mejor las revisiones que se hacen. Eso ha evitado el delito en nuestras unidades, algo que nos destaca”.

Las condiciones de trabajo han ido mejorando, la atención al hombre, pero, como apunta Vera Liceo, lo que les ha permitido ser mejores cada día, la fórmula secreta está en el sentido de pertenencia de los trabajadores, la comprensión de las familias y nuestro esquema de trabajo que no deja cabida a roturas”.

 

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