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Los rostros de la confianza (Fotorreportaje)

Este primero de septiembre en Pinar del Río, abrieron sus puertas 539 escuelas, con un 95,1 por ciento de asistencia; la matrícula a reincorporarse era de 72 588 estudiantes. Isbel Chirino Rodríguez, asesora del Director Provincial de Educación, explicó que las ausencias tienen causas justificadas por problemas de salud y permanencia fuera del territorio, que no les ha sido posible retornar a sus hogares.

 

Las últimas recomendaciones antes de entrar a la escuela. Fotos: Pedro Paredes Hernández

 

Resaltó además que solo fueron exceptuadas de reanudar las actividades docentes los 58 centros del municipio de La Palma y la secundaria Ignacio Agramonte de Consolación del Sur, en ambos casos por situaciones epidemiológicas asociadas a la Covid-19.

 

Padres y estudiantes protegidos, la familia sabe que el ejemplo educa.

 

La cobertura docente es del 99, 2 por ciento; en los centros internos ya se encuentran 3016 alumnos de los 3192 matriculados.

 

No hay mascarilla capaz de ocultar la intensidad de una mirada.

 

Crearon las condiciones para que en cada escuela se disponga de las condiciones  requeridas que garanticen la higiene y el distanciamiento físico. Este curso escolar atípico, en medio de una pandemia requiere del trabajo mancomunado entre familia e instituciones educativas, para cumplir con las indicaciones sanitarias y evitar la propagación de la Covid-19.

 

La desinfección de las manos antes de la entrada a la escuela, una de las medidas indispensables.

 

Hermanas presumidas, combinan mascarilla con uniforme y una pequeña flor como detalle decorativo, detrás, manos amorosas en casa que protegen y consiente con estilo.

 

Al dejar a los más pequeños en la escuela, hay cierto velo de preocupación en la mirada paterna, pero la luz en la de su prole les insufla la confianza.

 

Los rostros de los infantes desafían el lente con la osadía propia de la edad.

 

En pocos meses nuestros pequeños han aprendido que la mirada puede ser tan elocuente como cualquier parrafada.

 

Los niños uniformados, arrastrando o cargando sus mochilas son un hálito de confianza de que es posible restaurar la normalidad, tras una pandemia que ha puesto patas arriba al mundo.
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