Las naveras, apelativo distintivo de las avicultoras directas a la producción, tienen el poder de la perseverancia para cautivar, con el valor de la laboriosidad, a las hacedoras de uno de los más nutritivos alimentos.
Ildigardy Hernández Reyes es una de esas consagradas obreras. La nave en la que ella labora, junto a otras dos compañeras, siempre está en armonía.
Allí 3 mil 717 gallinas se estresan menos, porque esas operarias agropecuarias les suministran agua fresca para que los alimentos no sean tan agresivos en estos calurosos meses veraniegos.
“A las ponedoras no les falta la comida a su hora, la higiene, la asistencia veterinaria y otras atenciones”, ejemplificó Hernández Reyes, la también trabajadora más destacada de la unidad empresarial de base (UEB) del avileño municipio de Primero de Enero, antaño Violeta.
Esta es la granja insignia de la avicultura en Cuba, según el criterio de especialistas de la rama y directivos como Néstor Bárbaro Hernández Martínez, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros (SNTAFT), a quien solicitamos su opinión: “Siempre pongo de ejemplo a este colectivo”.
Tal valoración fue avalada por los resultados de la eficiencia en el primer semestre del presente año: 141 huevos por ave, 1,38 kilogramos de pienso por decena de posturas producidas, y el 89,7 % de un plan de 84,3 de la viabilidad o cantidad de gallinas que llegan vivas hasta el final del ciclo de puesta de huevos.
Con tal protagonismo y el del personal de las otras granjas de la provincia, la Empresa Avícola de Ciego de Ávila ratificó la posición de líder nacional que mantiene hace un quinquenio. Reafirmó ese logro, entre otros dividendos, la producción de 66 millones 800 mil huevos, unos seis millones más de lo planificado hasta julio pasado, y una mortalidad de las aves inferior al 10 por ciento.
Aunque ese volumen no satisfizo la demanda cada vez más creciente, lo acopiado posibilitó cumplir las cifras asignadas al territorio avileño y apoyar a Matanzas, Las Tunas, Holguín y La Habana (por ejemplo, hacia la capital se enviaron 23 millones el año pasado).
Gran parte del aporte de enero a la fecha obedeció a los incentivos del Movimiento Emulativo Productivo Por la Ruta del Millón, auspiciado por el SNTAFT y la Central de Trabajadores de Cuba.
La ingeniera Leyda Martínez Arnaiz, directora general de la empresa avícola avileña, opinó que con la nueva actividad emulativa “vamos por más en el control de los recursos, el cumplimiento de los horarios de alimentación, el rigor en las medidas de bioseguridad y la estabilidad de los trabajadores destinados a la atención de los animales”.
Otra tarea prioritaria se encamina en la UEB Pina II, donde Yanet Rodríguez, Yudmila Lobaina, Yesenia Morales y otras compañeras, junto a los hombres, atienden a 4 mil gallinas y 500 gallos, encargados de garantizar los huevos a procesar en una cercana planta de incubación.
Allí se materializó la entrega de los primeros 2 mil pollitos a Ernesto Ibey González, asociado a la cooperativa de créditos y servicios Orlando Expósito, del municipio de Majagua, iniciador este año del programa de pollo de ceba, gestión con perspectivas de ir incorporando productores del sector campesino que comercializarían la carne a través de la mencionada empresa estatal.
Todo un empeño puesto en las manos de las naveras violeteñas, quienes en representación de los trabajadores del sector recibieron la Bandera de Vanguardia Nacional otorgada a la entidad avícola de Ciego de Ávila, cuyo colectivo mereció también el estandarte por el aniversario 60 de la Federación de Mujeres Cubanas.
Un ejemplo de Empresa Estatal Socialista, con el 44 % de la fuerza femenina y el 33 % de mujeres directivas (su directora es diputada al Parlamento cubano), en la cual sus trabajadores están convencidos de que las protagonistas principales de sus hazañas cotidianas bien atendidas se ven más bonitas y ponen más huevos sin tanto cacareo.