En la tarde de este viernes 21 de agosto murió María Teresa Malmierca Peoli, la menor de una estirpe de patriotas que entregaron su vida a la Revolución y a construir una Cuba más justa, mejor.
María Teresa nació en La Habana el 10 de mayo del 1936 en la barriada capitalina de Lawton. Fue sexta del matrimonio del masón español Isidoro Malmierca Hernández y la guanabacoense María Teresa Peoli Garmendía, de quienes aprendió de solidaridad y justicia social.
Sus hermanos mayores, sobre todo Manuel (Manolo), Gonzalo (Nenito) e Isidoro, participaron activamente de la lucha clandestina contra la dictadura de Fulgencio Batista desde las filas del Partido Socialista Popular y Maria Teresa crece en ese ese entorno conspirativo y rebelde.
Al triunfar la Revolución, con apenas 23 años, María Teresa volcó su energía a tareas fundacionales de organizaciones como la Federación de Mujeres Cubanas y los Comités de Defensa de la Revolución, de estos últimos fue dirigente profesional durante 24 años, 15 de ellos como vicecoordinadora nacional.
Participó directamente del crecimiento de los CDR en todo el país, así como de Censos de Población y Vivienda, del diseño del sistema de Control de abastecimiento, de la Campaña de Alfabetización, de las movilizaciones populares para donaciones de sangre, de la lucha contra bandidos y de muchas otras tareas encargadas por la máxima dirección del país que siempre siguió de cerca el desarrollo de la organización de la familia cubana.
María Teresa integró la Comisión Electoral de los primeros comicios de la Cuba revolucionaria, los cuales tuvieron lugar en 1976. También fue reconocido su liderazgo en la movilización popular para participar de la ampliación del Estadio Latinoamericano, ocasión en la que el coloso creció hasta acoger los 55 mil espectadores que recibe hoy.
Al jubilarse, se dedicó a investigar y escribió el libro Los Comités de Defensa de la Revolución, un aporte de la Revolución Cubana. Mientras la salud se lo permitió, continuó acompañando al proceso revolucionario desde el barrio, con una activa vida política en el núcleo zonal del PCC y colaborando en la educación a las nuevas generaciones.
A lo largo de su vida, María Teresa recibió varias reconocimientos, entre los que figuran los de fundadora de la FMC y los CDR, así como la medalla por la Campaña de Alfabetización; la distinción de Servicio Distinguido de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; el Premio del Barrio, que otorgan los CDR, y el de La Utilidad de la Virtud, conferido por la Sociedad Cultural José Martí.
Por decisión familiar sus restos serán cremados y sus cenizas, vertidas al mar que baña la isla que tanto amó.
