El presidente Miguel Díaz-Canel y el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz sostuvieron un encuentro con los colaboradores de la salud de la Brigada Henry Reeve que regresaron de Togo y Kuwait, tras cumplir su periodo de cuarentena. Al saludar a los 163 colaboradores que brindaron su ayuda solidaria en las dos naciones, el Presidente expuso: “una vez más en nombre de todo el pueblo, felicitaciones por esa labor tan inmensa que realizan”.
Reiteró además, el reconocimiento del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, del gobierno y del pueblo cubano.
Los colaboradores de la Brigada intercambiaron con el Presidente y el Primer Ministro, sobre sus experiencias profesionales de vida, las condiciones en que desarrollaron su trabajo y los resultados alcanzados.
Asimismo conversaron acerca del aprendizaje del idioma para comunicarse, el empleo adecuado de los medios de protección, los procederes de enfermería y la práctica humanista de la medicina. Expresaron con emoción las habilidades adquiridas y agradecieron la formación de Cuba para enfrentar exitosamente la misión frente a la letal enfermedad.
Fue un intercambio cargado de emociones y de enseñanzas, donde se puso de manifiesto el altruismo de nuestros médicos y personal de salud y el ejemplo de amor y humanismo que desplegaron durante estos largos meses de enfrentamiento a la pandemia en Kuwait y Togo.
En sus palabras finales el Jefe de Estado, reconoció la labor de los profesionales cubanos, y reiteró su denuncia a las campañas orquestadas desde Estados Unidos contra la misiones médicas, porque saben que son símbolos de nuestra Revolución. Destacó que con su ejemplo los colaboradores han aplastado cualquier intento de desestabilización de Cuba frente al mundo. Y concluyó: “Reciban ese calor, ese reconocimiento y ese afecto, que la Patria os contempla orgullosa y sabe que puede contar con ustedes, como ustedes siempre han pedido. ¡Bienvenidos a casa!”
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Fidel Castro también se pronuncia en árabe
El doctor Gilberto Parra Piloto, coordinador de la brigada que prestó servicios en Kuwait, recordó que comenzaron a trabajar apenas llegaron.
A pesar de ser un país pequeño, aparentemente muy lejano, muchas veces fue sorprendido —narró— por el conocimiento que los pacientes mostraban sobre Cuba y por como hablaban del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cuyo nombre pronunciaban a la perfección, más allá de las diferencias idiomáticas entre el castellano y el árabe.
La brigada arribó a la nación del golfo pérsico el 5 de junio y laboraron en un hospital de campaña con 254 camas, donde atendieron a 758 pacientes, salvaron 189 vidas y realizaron más de 162 mil procederes de enfermería.
La integraron 110 mujeres y 52 hombres; de ellos, 88 licenciadas en enfermería, 58 especialistas en Medicina General Integral, tres intensivistas y tres profesores de inglés. Cerca de la mitad ya había cumplido misión.
La doctora Anabel Perera Vega, con 28 años de edad, fue la más joven del equipo. En su primera tarea internacionalista, destacó el apoyo que siempre tuvo del resto de sus colegas. «Vivimos y trabajamos como hermanos» y supe «que es dar el pecho y la talla como médico cubano».
En un pueblito de Togolés
El doctor Miguel Gómez Cruz fue el jefe de la brigada de 11 trabajadores de la salud cubana, entre ellos tres mujeres, que viajó el 12 de abril hacia la República Togolesa.
Seis médicos y tres profesionales con licenciatura en enfermería, realizaron 2 767 atenciones médicas y más de 11 500 procederes de enfermería. Lograron salvar 146 vidas, el 79,3 por ciento de los ingresados que atendieron.
Ante la falta de personal local, también debieron hacer exámenes de laboratorio: más de 650 entre PCR y extrac-ciones de sangre. En la Unidad de Cuidados Intensivos asistieron a 19 pacientes, con una supervivencia superior al 84 por ciento.
La experticia y aceptación de los especialistas antillanos entre las autoridades y los colegas togoleses, les permitió perfeccionar los protocolos de atención en instalaciones médicas y visitaron 21 distritos de las tres regiones más afectadas por la COVID-19, donde intercambiaron con prefectos, directores regionales y distritales de salud, líderes religiosos, alcaldes y alcaldesas, jefes de comunas.
Precisamente en uno de esos viajes, el doctor Gómez Cruz mantuvo una charla con un parroquiano que le decía que sabía que los médicos cubanos habían llegado al país, pero nunca imaginó que los iba a ver en su «pueblito», a más de 600 kilómetros de Lomé (la capital).
El cariño y el respeto del pueblo togolés hacia los trabajadores de la salud cubana fue tanto y tan evidente, que nos trataban como si fuéramos sus hijos, decía el jefe de la brigada, quien también subrayó la gran ayuda que recibieron de los jóvenes de aquel país que se graduaron aquí, en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
El licenciado en enfermería Ángel Téllez conoce África de antes, sus tres misiones internacionalistas, dos de ellas en ese continente, incluye el enfrentamiento a la epidemia de Ébola en Sierra Leona.
Su experiencia en tamaño desafío fue muy útil ahora, tanto para insistir en el cuidado que debían tener sus compañeros para no contagiarse, como para mejorar los protocolos de protección en el centro de salud donde se desempeñaron.
Ejemplo contra egoísmo
Al desearles un feliz retorno al seno familiar a los miembros del contingente internacionalista Henry Reeve que participaron en el enfrentamiento a la pandemia de COVID-19 en Kuwait y Togo, el Presidente cubano resaltó el altruismo y modestia con que lo hicieron.
Destacó la solidaridad demostrada por Cuba hacia el resto de los pueblos del mundo, a pesar de que el gobierno de Estados Unidos —que ha sido totalmente ineficiente en el control de la pandemia— se ha empeñado en desacreditar nuestras misiones médicas y ha presionado a los países para que la rechacen.
Pese a las presiones —sentenció—, el ejemplo de ustedes ha estado por encima del egoísmo, de la perversidad del gobierno de los Estados Unidos. Los pueblos y los gobiernos de las naciones así lo han reconocido.
(Con información de Cubadebate y Presidencia)
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