Los miembros de la tercera brigada del Contingente Ernesto Che Guevara, integrada por colaboradores de la Misión Médica de Cuba en Venezuela, retornaron a sus estados de origen después de más de dos meses de batalla contra la COVID-19 en la ciudad de Maracaibo, estado de Zulia, fronteriza con Colombia.
Desde el 3 de junio habían acudido a esa populosa urbe, donde habitan más de 1 millón 500 mil personas y considerada el centro económico más importante del occidente venezolano, debido a la industria petrolera que se desarrolla en las cercanías del lago de Maracaibo, específicamente en su sector noroccidental.
En esos días, la metrópolis presentaba la situación epidemiológica más compleja del país, y el colectivo, formado por personal médico de enfermería y técnicos de laboratorio clínico del Distrito Capital, La Guaira y Miranda, marcharon decididos al enfrentamiento de la pandemia agravada, entonces, por un foco detectado en el mercado Las Pulgas, que para esa fecha reportaba más de 100 casos positivos al SARS-CoV-2.
Antes de su partida habían ratificado “el compromiso de Cuba con el pueblo venezolano y la fidelidad a los principios e ideales revolucionarios de altruismo, solidaridad y entrega que animan a nuestra colaboración médica en el extranjero”, y su actuación no dejó margen para las dudas.
“Ustedes llevaron el mensaje de humanismo de Fidel y Chávez, y el desvelo de las dos Revoluciones por la salud y la vida de sus pueblos”, les dijo el doctor Reinol Delfín García Moreiro, jefe de la Misión Médica de Cuba en Venezuela, en el acto de bienvenida organizado para reconocer el desempeño.
García Moreiro significó la contribución de la brigada en la meseta que experimenta hoy la trasmisión del nuevo coronavirus en esa ciudad, que “se traduce, dijo, en numerosas vidas salvadas”, ante la amenaza del peligroso patógeno.
En la ceremonia de reconocimiento, presidida por Julio César García Rodríguez, jefe de la Oficina de Atención a las Misiones Sociales de Cuba en Venezuela, todos recibieron el agasajo, y a los doctores Maikel Abadía Herrera y Leonardo Mora Miniet les entregaron el Sello 16 de Abril, que premia la destacada labor realizada.
En un aparte con la prensa, el doctor Maikel Abadía Herrera, jefe de la brigada, enfatizó que asumieron la misión conscientes de su impacto en el mejoramiento del difícil panorama epidemiológico reinante a su llegada y entregaron lo mejor de sí al objetivo de disminuir el alto nivel de propagación y contagio del nuevo coronavirus en esa zona.
“Regresamos con la satisfacción del deber cumplido y la disposición de asumir las nuevas tareas que nos sean encomendadas”, remarcó como símbolo de voluntad y decisión de continuar brindando sus aportes a la batalla que libran los colaboradores cubanos y sus pares venezolanos en esta tensa situación frente a las amenazas de la enfermedad y la guerra económica y mediática contra las dos naciones.
Relató que durante esos días fueron intensas las jornadas de trabajo, que incluyeron las pesquisas casa a casa —iniciadas muy temprano en la mañana y concluidas en horas avanzadas de la tarde, bajo lluvia y temperaturas que rondaban los 50 grados Celsius—; así como las pruebas rápidas y las de PCR, para aislar oportunamente a enfermos y sospechosos y cortar la cadena de propagación.