En pleno litoral de Guantánamo, donde la lluvia es un lujo, está en fase de prueba y puesta en marcha una nueva estación de bombeo de agua. Quienes la ejecutan son trabajadores de la Delegación Territorial del Instituto de Recursos Hidráulicos, y tienen la mirada puesta en los atrasos de la obra debido a las limitaciones con el combustible y del acero a inicios de este año, y más tarde, a las restricciones económicas provocadas por la pandemia.
La estación forma parte de un ambicioso plan de inversiones de alrededor de 29 obras. Pero solo han podido ejecutar el 37 % de lo previsto, aunque a decir de Ebiller Ferrer Pozo, subdelegado adjunto de esa Delegación, nada impedirá que lo materialicen.
“La estación beneficiará a más de mil 600 habitantes, una granja ganadera y un batallón de la Brigada de la Frontera, así como a las comunidades más próximas a ese lugar”, precisó. Mejorar el servicio a los asentamientos poblacionales desde Cayamo hasta Ullao, los que tienen frecuentes afectaciones por la poca disponibilidad en las fuentes acuíferas, no es una simple solución a los problemas de la comunidad. Mientras se sustituye el motor de la antigua estación —colapsado con el paso de los años— también se avanza en la implementación del Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático: Tarea Vida.
Asimismo, se inserta a la integralidad del servicio hidráulico la culminación del sistema de tratamiento de residuales de la ciudad de Caimanera, que con una laguna de oxidación de 17 mil 99 metros cuadrados, evitará la carga contaminante al principal río el Guaso, que atraviesa el territorio, según explicó Alexey Aranda Bonne, director de Inversiones de la Delegación de Recursos Hidráulicos.
En el 2019 los fondos inversionistas en el territorio ascendieron a más de 17 millones de pesos, destinados a mejorar la calidad del agua y favorecer su uso racional, y de esta manera reducir los ciclos de abasto, que llegaron a ser una vez cada 15 días en los últimos 10 años.
En este 2020 ejecutan obras que resultan impostergables y permitirán solucionar preocupaciones y reclamos extendidos por más de una década, o sea, los llamados planteamientos históricos, relacionados fundamentalmente con el servicio de agua a las viviendas.La estación de bombeo Cayamo-Malavé, que aprovecha el agua en un embalse de 19 mil metros cúbicos, no es la única que muestra la continuidad de la voluntad hidráulica. Diversas acciones efectúan los trabajadores del sector, como el restablecimiento de los viales afectados por las ejecuciones propias y la conductora Bano-Sur. Próximamente inaugurarán la planta potabilizadora Guaso, destinada a eliminar la turbiedad del agua.
Quienes laboran en ese sector en todo el país se caracterizan por una consagración notable ante cada desafío. Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) afirmó recientemente: “Todos se encuentran listos para cumplir sus funciones en las tareas que a cada uno le compete”.
Conocimos en el INRH que en la estrategia inversionista se concentran las acciones y recursos en dar respuesta a obras que permitan dar valor de uso, dirigidas en lo fundamental a disminuir los efectos de la sequía sobre la base del principio de aprovechar mejor el agua disponible, creando nuevas fuentes y realizando un trabajo diferenciado con la supresión de salideros.
Entonces, resulta muy merecido el reconocimiento que reciben hoy los trabajadores hidráulicos de todo el país, en el día dedicado a homenajearlos.