El pasado 24 de julio Panamá sorprendió con el modo de anunciar que no organizaría los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCAC) del 2022 y el Campeonato Mundial de Fútbol Sub-20 (f), previsto para el próximo año. En lugar de convocar a las respectivas autoridades deportivas, estas se enteraron por los medios de prensa locales tras declaraciones de fuentes gubernamentales.
La razón expuesta, sin embargo, no admite discusiones. “El tema es netamente económico, no podremos hacerle frente a ese gasto luego de la pandemia”, dijo Laurentino Cortizo, presidente del país, quien aclaró que la inversión de unos 300 millones de dólares solo para esa cita es imposible dado que aún gestionan préstamos millonarios con el Fondo Monetario Internacional (FMI) yel Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para enfrentar la COVID-19.
Hasta aquí la noticia pudiera ser muy sencilla y comprensible, pero lo que trasluce va mucho más allá, pues se trata de los altos costos que cada día aumentan para organizar una lid multideportiva regional, panamericana u olímpica. ¿Podrán sostenerse en el tiempo estos eventos si no se repiensa su financiamiento? ¿Qué ganancia real dejan? ¿Es el deporte tan rentable en estas lides?
Las gestiones de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (ODECABE) para buscar una sede alternativa comenzaron de inmediato, y otra vez México, Colombia y Puerto Rico apuntan como posibles sustitutas, naciones que han organizado 11 de las 23 ediciones precedentes. Sin embargo, hasta el momento, la única que ha valorado extender la mano es la tierra boricua, específicamente la ciudad de Mayagüez (sede por demás en el 2010), pero depende de variables que trascienden a los amantes del músculo.
Al margen de la crisis económica real y fuerte, generada por el nuevo coronavirus, lo que está detrás del NO de Panamá es lo imparable que se hace cada vez más solicitar una sede para estos certámenes. Sucede igual a nivel panamericano, donde la antigua Odepa dio lugar a Panam Sports y no solo se trata de un cambio de nombre, sino de concepciones y modos de hacer.
El propio Comité Olímpico Internacional (COI) entregó por vez primera dos sedes: París 1924 y Los Ángeles 1928, en tanto ya se abrió la posibilidad de que la cita de los cinco aros la compartan dos ciudades para el 2032. Solo para que se tenga una idea del costo para los organizadores, Atlanta 1996 superó los 2 mil millones; mientras Londres 2012 se acercó a los 38 mil millones.
Todo un sistema empresarial, de gerencia y con participación de negocios privados cobra mayor fuerza —fórmula mágica usada por vez primera en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984— es l0 que prevalecerá en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023 y en las justas olímpicas en Francia y Estados Unidos.
¿Podrá funcionar eso a nivel regional, en un área centrocaribeña de países subdesarrollados y sin atractivo de grandes figuras (excepto las cubanas), boletos continentales o turismo desbordado para presenciar las competencias como sí ocurre a nivel mundial y olímpico? Odecabe parece acercarse a la idea de no pasar de 4 mil atletas, compartir sedes y sumar más empresas privadas si quiere sobrevivir a la crisis y no dejar morir un espacio que en el 2026, en Santo Domingo llegará a su primera centuria.
Todo lo demás puede ser muy filantrópico, pero la realidad de hoy asoma asumir el deporte cada vez más como negocio, al menos en lo que respecta a organización de juegos múltiples. El apoyo de los Gobiernos también es decisivo, pero al final, terminan dependiendo de préstamos y partidas monetarias, cual hilo de un mismo saco.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.