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Retorna La Habana a fase de transmisión autóctona limitada de la COVID-19

Por Leticia Martínez Hernández / Presidencia Cuba

Ante el aumento y la dispersión de los casos de la COVID-19 en la capital cubana, el Grupo Temporal de Trabajo para la prevención y control de la epidemia decidió retroceder a La Habana a la fase de transmisión autóctona limitada, luego de poco más de un mes transitando por la fase uno de la etapa de recuperación.

 

Foto: Estudios Revolución

 

La provincia de La Habana, con 165 casos activos de la COVID-19 y seis eventos abiertos en los municipios de Habana del Este, La Lisa y Marianao, retrocedió a la fase de transmisión autóctona limitada, luego de poco más de un mes en la fase uno de la etapa de recuperación, según se dio a conocer este viernes en la reunión del Grupo Temporal de Trabajo que encabezan el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.

En la reunión con sede en el Palacio de la Revolución y al dar los argumentos para esta medida — que toma también en cuenta las opiniones emitidas por el pueblo— el viceprimer ministro, Roberto Morales Ojeda, explicó que en los últimos diez días hemos tenido un incremento en los casos de la COVID-19 y también en la cantidad de pacientes reportados de graves. Hoy hay 310 casos activos en el país, especificó, y seis personas en estado grave, situación que no ocurría desde el mes de abril, cuando Cuba llegó al pico de la epidemia.

El modelo matemático apunta a que si no tomamos medidas, alertó, podemos llegar a tener un comportamiento superior al momento más complejo de la epidemia. “En abril tuvimos 1325 casos; en mayo 546; en junio 265 y en julio 20 más; pero en los primeros seis días de agosto tenemos 196, estos son los primeros seis días de más casos desde que empezó la epidemia en el país”, apuntó.

Por lo tanto, “esos modelos matemáticos nos orientan que las medidas que tenemos que tomar tienen que ser muy enérgicas, de restricción, de integralidad y sin perder un solo instante”, afirmó Morales Ojeda.

Lo más conveniente ante la situación de la capital, aseveró, es que regrese a la fase de transmisión autóctona limitada, porque nos va a permitir dar respuesta a comportamientos que se han traducido en el relajamiento de las medidas de la primera etapa recuperativa.

No hay otra alternativa en este momento, subrayó, que pasar a esa fase y dejar funcionando las actividades de carácter social y productivo imprescindibles, pero que ello nos permita lograr distanciamiento físico y social. Estamos en presencia de un rebrote, afirmó el viceprimer ministro, que lo podemos controlar si cumplimos las medidas que están definidas.

En el encuentro de este viernes, donde también estuvo presente el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, se evalúo además la situación de la provincia de Artemisa, donde se mantienen activos tres eventos de transmisión local: uno en el centro urbano del municipio de Bauta y otro en el consejo popular Baracoa, en los que se aprecia estabilidad en el control del contagio; así como en la Empresa de Construcción y Montaje, perteneciente a la Zona Especial de Desarrollo Mariel, lugar en el que se pesquisa mediante pruebas PCR a una gran cantidad personas y se refuerzan las acciones para contener la propagación del SARS-CoV-2 en ese estratégico sitio.

A la par, se analizó lo que sucede en el municipio de Camajuaní, provincia de Villa Clara, en el cual se han confirmado hasta este momento nueve casos positivos, que guardan relación con la estancia de algunas de esas personas en la capital del país. Al respecto, el Grupo Temporal de Trabajo aprobó la aplicación allí de la cuarentena inmediata, para cortar todos los caminos posibles de la enfermedad.

Al hacer una valoración de lo que ha estado pasando en Cuba durante las últimas jornadas, el Presidente de la República señaló que era una buena señal la reacción que ha tenido parte de nuestra población ante la evidencia de un rebrote en el manejo de la epidemia.

“Que los datos preocupen a todos o a la mayoría demuestra que la gente no está inerte, no está acomodada, no está satisfecha y por lo tanto hay voluntad de enfrentar cualquier cosa que pueda hacernos retroceder”.

Díaz-Canel explicó que se ha demostrado que el comportamiento de la enfermedad es cíclico, según análisis de expertos y científicos. Pero lo que nos duren esos ciclos, aclaró el mandatario, va a depender de la eficiencia institucional en la aplicación de las medidas y también de la responsabilidad y la disciplina ciudadana.

Puede diseñarse la mejor de las plataformas de enfrentamiento, reflexionó, pero como esto solo se hace realidad con la participación del pueblo, si casi su totalidad no actúa de manera disciplinada, todo ese trabajo se echa por tierra. Los eventos que estamos viendo en estos momentos, expresó, de una manera u otra están asociados a negligencias en instituciones o por parte de la población.

“Hay mucho trabajo y esfuerzo en lo que se ha logrado”, manifestó el Presidente, y aquí hay personas que han estado más de veinte días en la zona roja, que no han tenido descanso en el enfrentamiento a la COVID-19 y que han actuado con una exigencia tremenda. Hay jóvenes, subrayó, que han apoyado de manera voluntaria todo ese trabajo, dejando atrás sus aspiraciones personales.

Díaz-Canel destacó que el comportamiento en las dos últimas semanas ha sido favorable en el país, excepto en La Habana y Artemisa. “Lo de Artemisa lo podemos superar de una manera más rápida, en La Habana tenemos que trabajar con más intensidad porque la dimensión de los focos y de los eventos es mayor”, precisó.

“Hay que regresar, y la población lo tiene que entender, a las medidas de la fase de transmisión autóctona de la enfermedad en La Habana, con todas las limitaciones, las exigencias que lleva esta fase y los sacrificios que implica para todos, para las instituciones, para el sector público y privado, y para nuestros compatriotas que viven en la capital”.

A los irresponsables, a los que menos cooperan, tenemos que decirles que no es un juego lo que se pierde, dijo, aquí estamos tratando con las vidas humanas y cada vez que se genera un rebrote hay más personas afectadas, que pueden quedar luego con afectaciones en su salud.

“Pensar que se pueden cometer indisciplinas y negligencias de todo tipo, porque en Cuba se ha logrado ganar la pelea a la muerte a partir de todo el esfuerzo que han hecho nuestros científicos, médicos e instituciones, es un pensamiento irresponsable y totalmente egoísta”, destacó.

Hemos logrado atenuar al mínimo las muertes y el paso de pacientes a estados graves o críticos, pero eso no le da derecho a nadie a actuar de manera irresponsable y pensar que el problema es de otro, insistió.

Tenemos la confianza, apuntó, de que en nuestro país se cuenta con personas muy inteligentes e informadas, y todos saben que el control de la epidemia se debe a los esfuerzos, la inteligencia y la consagración de científicos, académicos, médicos, enfermeras y enfermeros, dirigentes a todos los niveles y jóvenes que han jugado un papel tremendo.

“Esta es una carrera de fondo, hay que tener resistencia, hay que tener capacidad, hay que tener hasta un poco de paciencia para vencer el recorrido de la carrera, porque todo no se da de manera rápida y fácil”.

Pero además, aclaró, esta es una carrera de fondo que la estamos haciendo en las peores condiciones, cercados por un bloqueo que se recrudece cada vez más y en un contexto mundial crítico.

Dentro de todo el sacrificio que ha hecho nuestro pueblo, hay hombres y mujeres que por la responsabilidades que ocupan, por el vinculo directo en la primera trinchera de la salud, llevan más de seis meses en un enorme sacrificio, en una intensidad de trabajo tremenda, que tienen las mismas necesidades humanas que todos, que tienen los mismos problemas que todos. Ese esfuerzo, lamentó, se pone en riesgo cuando otros pocos hacen lo que no se debe y relajan las medidas que se han planteado y están siendo defendidas por la mayoría.

“Como hemos hecho otras veces en la historia hay que echar el extra, como lo sabemos echar los cubanos. La mejor manera de hacerlo es imitando a esos héroes de nuestros días, a los que aplaudimos todas las noches. Y si todas las noches hacemos eso como un reconocimiento y como una convicción, entonces trabajemos todos los días como ellos, para que todas las noches nos aplaudamos honrando el sacrificio de ellos con nuestra disciplina”, concluyó.

 

(Tomado de presidencia.gob.cu)

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