Cerca de una curva pronunciada en la vía que conduce a Horquita, en la llanura de la localidad cienfueguera de Yaguaramas, donde le levanta un obelisco fue homenajeado este martes el brigadier Henry Reeve, El Inglesito, en al aniversario 144 de su muerte en desigual combate frente a las tropas colonialistas españolas.
Estuvieron presentes integrantes del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias que lleva honrosamente su nombre y que fuera creado por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 19 de septiembre del año 2005.
También se encontraban presentes dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC) y de organizaciones de masas.
Los especialistas depositaron una ofrenda floral y colocaron flores en el obelisco.
Henry Reeve a los diecinueve años dejó Brooklyn, en los Estados Unidos, para unirse a la causa emancipadora cubana. Llegó a ostentar el grado de brigadier del Ejército Libertador. En Camagüey lo llamaban por el sobrenombre de Enrique el americano, pero en el resto del país, tanto cubanos como españoles, lo conocieron como El inglesito. Se le adjudica haber participado en unas 400 acciones combativas, de las que en diez resultó herido y se le reconoce haber participado en el rescate del General de Brigada Julio Sanguily
El Inglesito desplegaba una importante campaña entre los territorios de Colón y Cienfuegos, en agosto de 1876, supo que en las cercanías del poblado de Yaguaramas estaba el enemigo. Con la impetuosidad que lo distinguía, el brigadier salió a su encuentro y cargó al frente de su tropa. Era el 4 de agosto y en desigual combate, ordenó la retirada, y mientras cubría a su tropa recibió primero una herida en el pecho y después otra en la ingle. Derribado del caballo, lo hieren también en el hombro y cuando el enemigo mató su caballo sin el cual no podía valerse, su ayudante le ofreció otra, pero la rechazó ordenándole que se retirara porque lo iban a matar.
Él siguió defendiéndose con un machete en la mano y en la otra un revólver hasta que, agotadas las fuerzas y las municiones, se dio un tiro en la sien para no caer vivo en manos del enemigo. Al morir contaba con 26 años de edad, de los que dedicó siete de su juventud a la causa de la libertad de Cuba.
(Con información de Ecured)