“Cuba ha perdido a uno de sus más grandes hijos: Eusebio Leal Spengler, el querido Historiador de La Habana, cuyo recuerdo perdurará entre el pueblo”, dijo el reconocido creador de las artes visuales, Doctor Honoris Causa Erik Varela Ravelo, evidentemente conmocionado por la fatídica noticia del 31 de julio que ha estremecido a toda la nación.
“No era solo el Historiador de la capital, lo fue también de todoel archipiélago, pues sus conocimientos sobre la historia de nuestro país se hacía evidente en sus discursos, a la vez que colaboraba fervientemente con sus homólogos en todas las provincias”, precisó Erik.
Para el prolífico artífice, director del Proyecto Cultural Enmarcarte, perteneciente al Fondo Cubano de Bienes Culturales, la desaparición física de Leal significa asimismo “la partida de un extraordinario humanista, quien supo cultivar el respeto y la amistad entre todos. Tal vez su condición de hombre sencillo y modesto la cultivó en sus años de infancia, en la humildad del hogar donde se formó”.
Asegura Erik que tuvo la “posibilidad de conocer muy de cerca a Eusebio Leal en más de una ocasión en las que visitó nuestro taller Enmarcarte. Atento y amigable dialogaba con nuestro colectivo a la vez que escudriñaba entre las obras de arte que en los momentos de su visita se encontraban en nuestra unidad para ser enmarcadas. Conocía, como un avezado crítico, a todos los pintores cubanos…”.
Erik destacó que la simpleza de Eusebio trascendía “desde que llegaba a cualquier hogsar, generalmente vestido de gris que al parecer era su color preferido y que le adjudicaba una distinguida sobriedad. Muchos lo bautizaron con el nombre de El Hombre de Gris.
“Su personalidad firme, precisa, igualmente se observaba en sus requerimientos sobre la restauración de La Habana Vieja. Cada detalle era rigurosamente examinado por él, e incluso en muchas ocasiones se incorporó a las tareas de reconstrucción, entre el cemento, la harina y la cal… Así era este grandioso intelectual que supo seguir, con lealtad, los designios de la Revolución Cubana, a la que amó y defendió”, apuntó Erik.
Igualmente destacó los méritos y reconocimientos, nacionales e internacionales de Leal, entre ellos su condición de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, un lauro “bien merecido, y no sólo por su labor en la restauración de la Habana colonial, sino además porque fue para todos un gran maestro, que nos enseñaba, con una retórica muy particular, la historia de la patria, sus héroes, mártires y los escenarios donde transcurrieron las gestas libertarias de la nación que hoy, agradecida, le rinde homenaje”.
