Sin descuidar sus obligaciones laborales, cuatro jóvenes cubanos han convertido en un vergel las áreas del patio interior donde reside la brigada médica que gestiona el Centro de Alta Tecnología Heroínas de Mérida, en la parroquia Los Puros, del municipio Libertador en ese Estado venezolano, y el colectivo disfruta ya sus producciones.
Cuentan los protagonistas que el gastroenterólogo Javier Arteaga Sánchez, natural de San Juan de los Yeras, en Villa Clara, comenzó haciendo unos canteros que sembró de tomate, ajíes y cilantro, pero tuvo que viajar a Cuba y ellos decidieron darle continuidad a su idea.
De manera espontánea se organizó la brigada que integran, además, el santiaguero y licenciado en Enfermería Alexei Pupo Reina; Osbel Ricardo Rodríguez de la Concepción (chofer, La Habana); y, José Andrés Tamayo Sosa (ortopédico, Guáimaro, Camagüey).
Con liderazgo colectivo mantuvieron vivas las plantaciones e incorporaron otras áreas en el espacioso solar yermo. “Cuando regresé de la Patria me sorprendieron los avances experimentados y me dieron nuevas energías para continuar fomentando las siembras”, reconoce Javier, el líder natural del proyecto.
El tiempo libre en tiempos de pandemia
Reconocen que no es mucho el tiempo libre en tiempo de pandemia, pero siempre buscan un momento para dedicárselo al huerto y es rutina verlos instrumentos de labranza en manos cuando la luz del día perece ante el empuje de la penumbra nocturna.
Cada uno de esos entusiastas muchachos, desde sus perfiles profesionales, tiene historia propia magnificada en horas de desvelos a favor de la salud del pueblo venezolano, páginas que escriben con sencillez y encumbrado apego a los principios solidarios y humanistas inculcados por la Escuela Cubana de Medicina y la Revolución, y que estas nuevas prácticas incorporadas enaltecen.
Aunque los resultados están a la altura de expertos en la materia, sin sonrojos declaran que solo Javier tiene experiencia en las faenas del campo, los demás aceptaron el desafío y se dejan guiar en un empeño que corona el altruismo de la misión que cumplen en tierra bolivariana.
Las ventajas del huerto
Todos coinciden en que ese laboreo les ayuda a contrarrestar la añoranza por la Patria y la familia, porque les ocupa la mente y el cuerpo en días de aislamiento social; favorece el saneamiento de esas áreas ocupadas anteriormente por malezas y escombros; y, sobre todas las cosas, refuerza la dieta diaria y les ayuda en sus economías personales.
Comenzaron en febrero de este año esas faenas y han cosechado lechuga, calabaza, cebollino, pimiento y tomate; y en el terreno prosperan, además, yuca, pepino, apio, cilantro, yuca, plátano, pimientos dulce y picante, maracuyá y berenjena que crecen bajo el amparo de favorables condiciones climatológicas y el sudor de estos jóvenes apasionados con hacer el bien.
Sus compañeras de brigada también hacen sus aportes con plantas ornamentales y medicinales: caña santa, menta, albahaca y meprobamato atendidas por ellas y agradecen esos aportes que sazonan el menú, pues los frutos recolectados se distribuyen de manera equitativa entre los 23 colaboradores que habitan las cuatro viviendas.
Epílogo
En los resultados tienen mucho que ver los aportes del ingeniero Agrónomo Yordan Córdova, representante cubano de la Misión Agroalimentaria en esa demarcación y de amigos venezolanos solidarios que ayudan con simientes y aperos de labranza, reconocen.
“Este es también nuestro aporte al llamado del presidente Nicolás Maduro Moros en lo referido al objetivo de procurar la autosuficiencia alimentaria del país asediado, como Cuba, por el bloqueo económico y el afán hegemónico del imperio”, remarca Javier.